3 de noviembre de 2014

Cadiztorias: Jalogüin gaditano (Cap. 2: El suceso)

El suceso
-¿Truco o trato?, respondí repreguntando mientras observaba como de los matorrales de alrededor surgían, como espectros de sus tumbas, drácula, el muñeco diabólico, dos frankestein, cásper, cuatro zombis y dos esqueletos. -Hostia, pensé, -pues si que ha calao hondo la modita esta del Halloween. Si los yanquis han conseguío llegar con su colonización cultural hasta lo más profundo de la espesura del parque genovés, esto ya no tiene marcha atrás. Más vale que Alex de la Iglesia grabe cuanto antes “Don Juan Tenorio, cazador de zombis” o “Pánico en la noche de difuntos” pa ponernos un poco al día o tendremos que enterrar nuestras tradiciones, nunca mejor dicho, para siempre.
 - Si pisha, ¿truco o trato?, respondió con descaro el infantil zombi extendiendo la bolsa del mercadona.
Sonriendo por lo extravagante de la escena, le contesté:
- es que no sé cómo se juega a esto, es la primera vez que me pasa, ¿qué se supone que debo hacer?...
– tienes que darnos dinero o te asustamos y te pegamos.
- ja, ja. Sólo di dos “jas”. El tercero no pude emitirlo al sentir la afilada punta de una rama en la yugular. Sin moverme, miré de reojo hacia abajo y comprobé que al final de aquél florete vegetal había una especie de payaso zombi diabólico que no llegaría a los 6 años. No pude ni tragar saliva pues la punta de aquella lanza me presionaba la garganta. Aquella situación, por familiar, fue como un deyaví[1]. -Esta situación ya la he vivido antes, pensé. Al contrario de lo que le había dicho al zombi de la bolsa, no era la primera vez que me pasaba. Atracos como este ya los había sufrido en los ochenta, claro que, a manos de yonquis en busca de pasta pa la dosis y no de niños de 6 años disfrazados de payasos zombis diabólicos. Pero una jeringuilla usada, una navaja o una rama afilada acojonan lo mismo cuando presionan la yugular… ¿qué estaba pasando?...
(Continuará...)


[1] Deyaví: De-ya-visto. Recuerdo de algo no sucedido: precuerdo. Ej.:  - Tengo la sensación de que yo esto ya lo he vivío antes… - ¿antes?, ¿cuándo te vas a haber jincao tú sólo un bogavante como éste, desgraciao?, si no tienes donde caerte muerto… -a lo mejor lo he soñao, será un deyaví  –¿deyaví?… que no ome que no, que esto no la visto tú en tu puta vida… ira qués corales…

1 comentario:

  1. ¡Qué fuerte! Por aquí quieren que les des dulces, y no solo te preguntan sino que te recitan a coro o te cantan una cancioncilla. Ellos te preguntan Süßes oder Saures? (Dulce o ácido?). Toda esta escena ocurre siempre en el umbral de la puerta de casa. Se han dado un par de casos de gamberrismo, es verdad, pero nunca debería tomarse como algo más allá de lo anecdótico. La verdad es que veo no solo la asunción de una otra tradición sino su adaptación al medio en que encuentra su nueva casa.

    ¡¡Siempre un placer leerte, Javi!!

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