9 de diciembre de 2014

Por fin llegó la cosecha... (La recolección de la flor de pascua. Part two)


Por fin llegó la cosecha,
llegó la cosecha hermano
que ya parieron sus frutos
¡me los quitan de las manos!...

Ya llegó, fiel a su cita anual desde hace ya casi una década, unos de los fenómenos naturales más espectaculares del mundo: la recolección de la flor de pascua gaditana. Como ya publicamos en este blog en el año 2009 (http://elperspectivogaditano.blogspot.com.es/2009/12/tradiones-gaditanas-la-recoleccion-de.html), Cádiz asiste una vez más, indolente, a esta singular demostración de sinsentido navideño en el que miles de ejemplares de flor de pascua son trasplantadas del vivero de algún vivo[1] a los cuatro macetones, aquí llamados zonas verdes[2], que estratégicamente situados animan a los paseantes a llevarse cuantos ejemplares "tengan cojone de mangá". Porque, aunque pueda resultar políticamente incorrecto, debo decirlo: estos macetones na más que saben provocar. Así colocados, interrumpiendo el paso en las calles estrechas pegados a las paredes o separándose de las mismas buscando el conflicto con los peatones en las anchas, con esa tierra provocadoramente suelta que se diría que casi escupe a las plantas del tiesto...
En fin, puro cádi... Esta foto pertenece
a los primeros momentos de la 1ª cosecha de esta navidad y como puede apreciarse, la recolección no ha hecho más que empezar... ¡corre a por la tuya!...



[1] Vivo: Espabilao, listo oportunista; cogedor de collás a la primera. Ej.: -¿ta fijao el antoñito el bemeuve que sa comprao vendiendo burgaillo y carcasa falsa pa los aifon?... – ji, picha, ji… ese nota es un vivo…
[2] Zona verde: En Cádi, macetón, parterre.  Molesto e insignificante cachito de tierra con jaramagos utilizado como pipican y/o pipiniño. Ej.: - mamá…pipí… - no de má er coñaso niño!... mea ahí, pegaito al árbo. Y ten cuidao no te meta ener sharco!... qué guarra es la gente, carajo!!!... Ej.2: -mamá, por qué los parques de cádi son tan pequeño?... –no va da ná er niñato este… ¡deja de quejarte y agárrate a la palmera pa no salirte, carajote!...

1 de diciembre de 2014

Psicofonías al azar: Podemos se moja

- Sujeto 1 (entrando en el bar en pleno chaparrón, completamente mojado y gritando a viva voz a pesar de estar vacío): ¡¡¡yastoy yo votando ar coleta!!!... ¡con los muerto der pepé, der pesoe y de to esa mancha de ladrone!... ¡yo no sé a dónde vamo a llegá!, ¡¡¡qué mierda de país io!!!... en cuanto te descuida una mijita te dan el palo...  ¡viva podemo!... a vé si ganan y entran de los pirineo pabajo limpiando esto de sinvergüensa... que farta hase... ome ya...
- Sujeto 2 (apoyado tras la barra con el mando a distancia en la mano derecha y con el cuello levantado mirando el plasma situado en el extremo opuesto al de la entrada del sujeto 1 a quien responde sin dejar de mirar "Adán y Eva"): ¿qué ta pasao picha?... ¿con to lo facha que tu ere?... ¿qué ta esho cambiá de opinión?... ¿lo de ana mato?... ¿lo de la púnica?.. ¿lo de la arcardesa de alicante?...
- Sujeto 1 (frenando bruscamente el volumen y el virulento tono inicial hasta situarse a la altura del camarero sin dejar de mirar el plasma): ...que va pisha, que man mangao el paragua en la peña... no vea el negro el peaso de morcón que tiene... ¿no?...

Datos captura: Martes 25 de noviembre de 2014. 22:54 hrs. Bar vacío en pleno temporal; Alrededores del Hospital de San Rafael, Cádiz. 

15 de noviembre de 2014

Cadiztorias: Jalogüin gaditano (Cap. 6: El Jefe)

El jefe
Con 6 años y apenas un metro de altura avanzaba por la selva con paso firme, liderando el grupo. Le precedían Cásper y un esqueleto blandiendo dos enormes machetes con los que iban abriendo paso. El jefe no titubeaba en su marcha a pesar de que las dos enormes hojas pasaban continuamente por delante de su cara… - ¡zaaaaaaas!... ¡zas!... ¡zaaaaaaass!... ¡zas!... De repente, al pasar junto a otro de los sombrajos, levantó la mano derecha y el grupo se detuvo. Al entrar en el aula todo el mundo se puso en pie: -¡Cogeslo ahí!... exclamó desde el umbral… -¡ay!... respondieron los casi 50 alumnos levantando la mano derecha al unísono. El zombi payaso diabólico avanzó hacia la pizarra donde en ese momento había un alumno en pleno ejercicio. Desde el camino podía escucharse el rechinar de sus dientes de puro miedo y podía leerse el letrero de la entrada: plástica. La pizarra parecía estar llena de garabatos y en el centro el profesor había dibujado una cuadrícula donde el alumno estaba pintando un enorme y simétrico nabo al que aún le faltaba un huevo. –Te falta un huevo, dijo el jefe dirigiéndose al alumno que aparentaba ser un par de años mayor que él. –No tanto, señor, respondió el alumno… -sólo un cojón y el pelo, añadió. –oooooohhhh… murmuraron sus compañeros al tiempo que comenzaban discretamente a parapetarse bajo los pupitres y a cubrirse con las sillas… -un cojón y el pelo… repitió el jefe mirando alternativamente a la pizarra y al alumno. Con un ligero movimiento de cabeza señaló al alumno un cartel que colgaba justo al lado de la pizarra cuya inscripción decía: -Tema 1: el nabo de pared:El nabo de pared se compone de 2 cojones y un carajo y su silueta se pinta de un solo trazo. Éste trazo es la representación mínima de nuestra santísima trinidad: cojón, carajo y cojón y la unidad mínima de medida en nuestro sistema métrico nabal. Aunque por si solo ya consigue transmitir nuestro mensaje, puede ser completado con 2 rayas para el glande y cuatro rayas, 2 por huevo, para el pelo.
El alumno lo leyó acojonado y en silencio.
-¿Eres consciente de lo que has hecho?... le preguntó el jefe… miles de años de evolución y de perfeccionamiento técnico hasta conseguir una imagen gráfica, un icono, capaz de transmitir en un solo trazo toda la información posible acerca de nuestro pensamiento sobre algo o alguien, tirados por el suelo. Un cojón y un pelo… Para entonces, el resto de la clase y el profesor ya llevaban un rato escondidos bajo las mesas como en mitad de un simulacro de terremoto. Y es que fue eso lo que vino entonces: un terremoto. El jefe quitó la tiza de la mano al alumno y comenzó a pintar nabos por el aula. Poco a poco iba aumentando la velocidad hasta que llegó un momento en que ya no se veía más que una especie de tornado de polvo de tiza que se desplazaba por el aula de forma endiablada arrastrándolo todo a su paso. No duraría más de 10 segundos, pero se hicieron interminables. Una espesa nube de polvo blanco lo envolvía todo al principio hasta que por fin comenzó a asentarse. De entre la niebla surgieron dos figuras, ambas parecían acabar de haber salido de las ruinas de las torres gemelas. Una, la del jefe, abandonó la estancia dejando tras de si un remolino provocado por la corriente de aire al avanzar. Otra, la del alumno, permaneció inmóvil como job, convertido en estatua de tiza. Para cuando el jefe se hubo incorporado a nuestra caravana ya podía apreciarse levemente su obra entre el polverío: suelo, techo, mobiliario y paredes habían sido convertidos en una especie de capilla Sixtina nabal.
- La letra con nabo entra, me dijo al verme perplejo.

(Continuará...)

11 de noviembre de 2014

Zapping perspectivo: la prueba del deito


1ª Conclusión: la mujer de Torres, presuntamente, es mucho más guarra que la infanta. Dónde va a parar...
2ª Conclusión: quien haya tirao de la manta las ha dejao a las dos en pelotas.
3ª Conclusión: tendría cojones que al final la infanta se sentara en el banquillo por hacerse dos deitos.
4 ª Conclusión: ¿es delito hacerse un deito?... ¿está tipificado?
5 ª Conclusión: a las 10:34 Antena 3 echa "las dos cerditas" ( o "los dos deitos") y anuncia para las 22:30 "los 3 cerditos"; ¿quienes serán?... ¿de qué o cuantos deitos se les acusará?...
6ª conclusión: ahora entiendo por qué el jefe de la casa real se llamaba Estoporno...

9 de noviembre de 2014

Psicofonías al azar: el 9 ene

- Sujeto 1 (sentado en un banco de la Alameda con una sudadera del Barsa y mirando la pantalla de un galaxy 3 que sujeta con la mano izquierda al tiempo que aguanta un vaso de cruzcampo y un sigarrito handmade aliñado con la derecha): "...ar finá san salío con la suya los catalane estos... no vea er coñaso que han dao... ira, ya han corgao los resurtao: el 80,7% ha votao si, si. El 10,1 si, no y el 4,55 no, no... ¿tú cubiera votao?...
- Sujeto 2 (de pie junto a la balaustrada, sujetando la caña con la entrepierna mientras empata un anzuelo con una gusana de canutillo echando atrás la cabeza para evitar dañarse la vista con el humo del canutillo que sujeta con las comisuras): "no ni ná"... (silencio)

Datos captura: Alrededores del Baluarte de Candelaria; Alameda Apodaca, Cádiz. 23:40 del 9 de Noviembre de 2014.

7 de noviembre de 2014

Cadiztorias: Jalogüin gaditano (Cap. 5: El campamento )

(Capítulos anteriores en este mismo blog)
El campamento
Tras una larga y ensirocante caminata a base de rozamiento vegetal, llegamos a una especie de poblado que se repartía desparramado por un amplio claro. Me recordaba a los que salían en Rambo cuando iba en busca de los charlis. Abandonar la exuberante vegetación me permitió ver nuevamente el sol y hacerme una idea verdadera del grupo que componían mis captores; parecía una chirigota infantil; aunque, a decir verdad, algunos de los que esperaban nuestra llegada tenían más pinta de juveniles infiltraos que de infantiles. El tamaño de sus portentosas nueces los delataba; algunos tenían la proa de Elcano bajo la barbilla (y el colgante de oro del Camarón a modo de mascarón de proa).
Las cabañas y barracones se situaban justo en la linde con el bosque, bajo las últimas copas de los árboles y entre los poderosos arbustos que gradualmente aminoraban la altura vegetal hacia el claro.
Recorrimos un buen trecho orillándolo hasta llegar a la que sería nuestra celda o más bien jaula. Mirando diametralmente al otro lado del claro nada hacía sospechar la elevada densidad de construcciones que lo circundaban. Sin duda el camuflaje cumplía su objetivo. Tras dejar atrás algunos barracones de descanso, comenzamos a cruzar lo que parecían aulas y sombrajos de reunión. Grupos de niños aparentemente disciplinados atendían las explicaciones de sus imberbes profesores. Ni un murmullo, ni una desobediencia… - vaya, ¿habéis creado una escuela?... –pregunté gratamente sorprendido a pesar de todo. - zi, pisha, bemo venío dasé rabona[2] ner colegio pa metesno en otro… ¿teskí ar carajo, shufla?... ¡anda y no zea más carajote!… ¡tira palante, gilipolla!... – gritó mi juvenil guardián endiñándome un monumental cosqui[3] por laspalda que a modo de reseteo me ayudó a interpretar lo que tenía ante mis ojos de forma más exacta.
Efectivamente aquellos sombrajos no formaban una escuela, sino un campo de entrenamiento que ríete tú de Al Qaeda y de las FARC. En cada uno se instruía a los niños en una disciplina diferente, pero todas iban orientadas a hacer de ellos auténticos combatientes expertos en guerrilla urbana. En el primero que dejamos atrás se enseñaba a poner mala cara con ánimo de intimidar a las víctimas. Los alumnos permanecían de pie dispuestos en dos filas enfrentadas cara a cara a escasos centímetros una de otra. De repente el instructor gritaba: - ¡labio superioooooor!... - y todos respondían marcialmente acribillándose a perdigonazos de saliva : -¡sobre labio inferior!...¡narí pabajo, ojos parriba, hombros patrás, cuello palante!... ¡caaaaaaaaa...brón!!!!...
 - acojonante...
En el segundo sombrajo se impartían técnicas de provocación. Algunos niños hacían de figurantes formando un pequeño grupo mientras un voluntario se acercaba y practicaba siguiendo las indicaciones del instructor:
- ¡Tema 4: dominio de la situación en caso de inferioridad numérica; 1er. Paso: provocación por acercamiento echando cojone. Objetivo: identificar al carajote del grupo. Ar!
- qué miráis?... preguntaba altanero el voluntario acercándose provocativamente al grupo.
- nada… respondía uno asumiendo casi al mismo tiempo su carajotismo...
- ¡2º Paso: Acojonamiento del carajote. Objetivo: identificación del líder natural. Ar!
- ¿quién ta dicho a tí que hables, gilipolla?... comentaba pegándose a su cara con la técnica del labio superior sobre el inferior.
- deja ar shavá que no estaba mirando ná… intervenía otro individuo señalándose del tirón…
- ¡3er. Paso: Sometimiento y humillación pública del líder o abanderado. Objetivo: dominio total del grupo por anulación del factor superioridad. Ar!...
- homeeee… ya salió la maricona… ¿tú que tiene gana de charla o qué?... ¿qué ere?, ¿el papaíto de to esta gente?... ira!, ira lo que tengo aquí en el codo… dijo el provocador avanzando por el pasillo de respeto abierto en la masa y señalándose ostensiblemente el codo derecho con el índice izquierdo… -ira, ira… ¡asércate, maricona!...
Cuando la maricona, perdón, el líder, estuvo lo suficientemente cerca del codo del provocador, éste, con un rapidísimo y certero movimiento, completó la ancestral técnica del “mírame el codo” bajando el antebrazo derecho hasta agarrarle completamente el paquete. -¿Ahora qué, maricona?... preguntó en voz alta apretando cruelmente la mano mientras el líder se retorcía de dolor hasta caer de rodillas ante el grupo… -¿tú quería desirme argo?... ¡habla!... ¡que no mentero con tanto ay,ay!…
- ¡4º paso: Sellado de la nueva autoridad. Objetivo: coronación del nuevo líder. Ar!
- …con to lo valiente que era y míralo ahora… ¿sabéi dónde están ahora los cojone de la maricona esta?... ¿qué pasa?... ¿ahora ninguno queréi hablá?... ¡ven pacá, carajote!... ordenó el provocador dirigiéndose claramente al individuo identificado como carajote al comienzo de la operación… -¿dónde están los cojone de tu amiguito?... ¡responde!... – en tu mano… dijo en voz baja el carajote… -¡en tu mano, señor!... ¡venga!, ¡decidlo todos en voz alta!... -¡en tu mano, señor!... -¿quién manda asquí?... - ¡tú, señor!... – muy bien, ¿y sabéis por qué mando yo?... porque mis cojone no le caben en la mano a ninguno de vosotros, mariconas… ¡ámono!...

La demostración había sido brutal y suponía la confirmación de algo mucho peor: si hasta ahora la condición de líder pandillil era sólo achacable a una aleatoria mezcla de carácter, traumas infantiles e inteligencia, a partir de ahora existía un método. Un corpus teórico y documental, un temario con el que cualquier Kinki hijoputa con aspiraciones podría avanzar más rápido saltándose pasos infructuosos. Eso significaría que los nuevos líderes podrían ser cada vez más jóvenes… como era el caso de mi captor…
(Continuará...)

 [2] Rabona: novillos. Escaqueo escolar gaditano. Vacaciones unilaterales del alumno que tienen como destino un parque, plazoleta o poyete escasamente alejado del centro escolar. Ej.: - ¡niño!... ¿tú que hace asquí en el parque?... –ná, mamá… que el maestro de siensia nos ha mandao recogé unas muestras de planta pa un trabajo… -aro, aro…¡el coño mirmana!... ¿y ta disho que despué de cogesla te las fume con los colega, hioputa?...¡anda ya par colegio, grifota!... ¡rabonero!.... –ofú omáaaa!...
[3] Cosqui: humillante golpe en la cabeza con el nudilllo del dedo corazón. Ej: -¡booooteee pastó!... -¡pom! (pelotazo en lasparda) -¡no madao!... -¡noniná!, ¡cosqui, la pringá!, ¡cosqui, la pringá!... 

5 de noviembre de 2014

Test de indiferencia

Instrucciones:
1. Lea todas las instrucciones antes de comenzar.
2. Amplíe la imagen de abajo en modo pantalla completa para obtener la sensación de estar leyendo al decano de la prensa gaditana en su edición digital.
3. Eche un vistazo general a la portada como si tuviera previsto profundizar en las noticias más tarde; en el váter, por ejemplo.
4. Aparte la vista de la portada.
5. Chequee sus sentimientos y sensaciones.
6. Compare su estado con los resultados descritos bajo la imagen.

Resultados:
1. Si sigue igual que antes no se alarme; está demostrado que tener la indiferencia alta, al igual que la vida en cautividad, aumenta la longevidad. Usted ya ha aceptado la situación, así que invierta su tiempo en el váter en otro tipo de lecturas más provechosas como el Marca o el folleto del Lidl y cague tranquilo, Cádiz funciona.
2. Si por el contrario sintió náuseas, mareos y ganas de vomitar tenga cuidado; son claros síntomas de que aún es mentalmente libre y por tanto tiene la indiferencia baja y el espíritu crítico alto. Es una combinación de factores de riesgo peligrosa así que adelante urgentemente la visita que tenía prevista al váter y aproveche para cagarse en tó lo que se menea. En pocos minutos se sentirá mejor, pero recuerde que será sólo una mejoría pasajera y que lo que tiene entre manos es  la edición digital de Diario de Cádiz; o sea, no es papel; no se limpie el culo con el dispositivo donde la está leyendo por más ganas que le den. Una vez aliviado sométase urgentemente a un tratamiento intensivo como el que le proponemos a continuación: .
- Camine a buen ritmo al menos cuatro horas diarias enlazando en su recorrido las pantallas led que el Ayuntamiento, pensando en su salud, ha distribuido por toda la ciudad. Cada vez que llegue a una pase al menos 10 minutos respirando hondo mientras visiona los contenidos que ofrece.
- Realice al menos una vez al día el trayecto completo de la línea 1 de autobús en ida y vuelta. Sitúese mirando a la pantalla que cuelga del techo. Si tiene tiempo haga lo mismo con la línea 5, la que va a la zona franca. No se preocupe por el precio de este tratamiento pues comprando el bonobús le saldrá bastante económico. Además, el visionado de la trasera del bonobús también tiene efectos curativos.
- Sintonice Onda Cádiz en su televisor durante todo el tiempo que pase en su hogar. Si tiene que salir sintonice Onda Cádiz radio en su móvil o en la radio del coche.
- Trague. Si le cuesta tragar repita 300 veces "Esto es Cádiz y aquí hay que mamar". En poco tiempo tragará y mamará perfectamente y su calidad de vida habrá mejorado notablemente a pesar de todo.
Suerte

4 de noviembre de 2014

Cadiztorias: Jalogüin gaditano (Cap. 4: La espesura)

La espesura
En lo profundo del Parque Genovés he visto de todo: kinkis, coitos, sobredosis, monos pajilleros, porros, viejos pajilleros, botellones, dinosaurios, palomos mutantes, palomos mutantes pajilleros… pero nunca un payaso zombi de 6 años armado. Claro que, ¿había estado alguna vez allí donde me encontraba?... Quiero decir, ¿había verdaderamente alcanzado alguna vez la espesura?...
Cuando uno atraviesa el Parque Genovés suele hacerlo vagando por los caminos, dejándose llevar por esas cuidadas pistas de tierra que siempre de forma curva parecen conducir inexorablemente al confiado caminante a la fuente de los patos, a la de los niños del paraguas o a los columpios. Nunca había recorrido aquellas escasas 2 hectáreas con ánimo exploratorio ni cartográfico y ahora me arrepentía. Pero estaba claro que nunca antes había estado allí; en aquel punto donde ni siquiera podían escucharse las rodadas de los coches por el adoquinado suelo del cercano Paseo de Carlos III. Tampoco podían escucharse las putas motos. Casi me dolía la cabeza de no escuchar nada. Me iban a estallar los tímpanos de tanto silencio; la falta de costumbre. La pantalla vegetal que nos rodeaba era impresionante, casi tropical. A escasos metros arrancaba un espeso bosque de helechos gigantes sobre el que se desparramaban a modo de estalactitas vegetales cientos, miles de lianas y enredaderas que parecían tejer una infranqueable y verde tela de araña. ¿Dónde estaba eso?, ¿cómo es que nunca lo había visto?... ¿cómo era posible que existiera en Cádiz un sitio a salvo del levante y el poniente y no se supiera?...
 - Bueno qué!, ¿te decides, pringao?... exclamó impaciente el payaso zombi
- Dinero no tengo, hijo… respondí en la confianza de que hasta allí llegara la broma.
- ¡Pues te vas a cagar, desgraciao!... ¡y yo no soy tu hijo!... -¡zas!...  Con un rápido movimiento de muñeca apenas perceptible consiguió transmitir tal elasticidad a la punta de la rama que consiguió marcarme en el cachete. Me llevé la mano a la cara de forma refleja y, de forma perpleja, comprobé que la sangre transferida a la palma de mi mano adoptaba una forma caprichosa. Me había pintado un nabo en la cara. Ni zeta del zorro ni pollas, bueno, polla sí… pero no pude más que tragar saliva, y a duras penas. El leñoso florete había vuelto a mi yugular y me presionaba obligándome a desplazar el cuerpo hacia lo más hondo de la selva…
 No sé cuánto tiempo estuvimos andando pues el reloj y el móvil fueron las primeras posesiones que entregué. Además, tras convertir en jirones mi yersi y mis pantalones, la agresiva vegetación al contacto con mi piel, comenzó a producir un efecto narcótico que me mantuvo colocado durante toda la marcha. Cada vez que una hoja o rama me rozaba, liberaba una sustancia tóxica en mi epidermis que se convertía en la dosis justa para mantenerme encarajotao. ¿Qué tipo de plantas eran aquellas que funcionaban como pequeños camellos vegetales?...
En mi ensoñación recordé que fue precisamente el botánico gaditano Celestino Mutis el responsable de que muchas de estas exóticas especies fueran descubiertas, catalogadas y cruzaran el charco hace más de dos siglos. ¿Tendría él la respuesta?... ¿habría alguna conexión?...  ¿tendría la oportunidad de preguntárselo en persona si me lo cruzaba en formato zombi en esta noche de muertos vivientes?...  qué moraso io…
(Continuará...)

3 de noviembre de 2014

Cadiztorias: Jalogüin gaditano (Cap. 3: Origen)

Origen
Desde que vimos las primeras películas sobre Halloween hasta que la fiesta empezó a celebrarse en Cádiz habían pasado algunos años, pero aún había gente como yo que nos habíamos resistido ante aquella invasión cultural. No es que me gustara el tenorio, ni fuera un talibán de nuestras tradiciones, de hecho pienso que muchas son un coñazo, sino que aquella tradición de ir de unifamiliar en unifamiliar pidiendo chucherías no tiene interés desde el momento en que uno vive en un bloque de catorce pisos en la barriada. Bloque donde con 13 años no tuve cojones de vender ni una sola caja de polvorones para irme de viaje de fin de curso en octavo. Como a otros tantos niños de mi quinta, me acabaron comprando las 12 cajas de polvorones mis padres; eso sí, retirándome por supuesto la paga, en concepto de liquidación de la deuda adquirida, durante los dos años siguientes. Así que ni viaje de fin de curso ni ná, y encima comiendo polvorones duros y caducaos desde mediados de los 80. Con estos antecedentes, ¿podía acaso esperar que alguno de los siesos de mis vecinos sintiera ahora el altruista impulso de comprar chucherías para regalárselas a los niños del bloque?, ¿podía esperar que la vieja del segundo a quien escupíamos por la espalda nos abriera la puerta sonriente para darnos caramelos en lugar de achucharnos a los gatos?, ¿podíamos esperar que el cabrón del 6ºB nos regalara chocolatinas en lugar de obligarnos a bajarle la basura y traerle tabaco amenazándonos con un “si no ya te cogeré en la escalera”?, ¿podíamos acaso esperar que el inquilino del 7ºC se gastara algunos euros en regalarnos chucherías cuando debía dos años de comunidad y le mangaba to los días el diario y una barra de pan del pomo de la puerta al del bar denfrente?...
En definitiva, no es que no me gustara Halloween, sino que en Cádiz era implanteable. Era. Ya no. Todo evoluciona.
Igual que la ancestral celebración celta salta al nuevo continente y desde allí nos es devuelta transformada en una pastelosa fiesta de disfraces y golosinas y en películas de “notemuevasdeaquíqueahoravuelvo” o “separémonosparaqueelpobresicopatapuedamatarnosunoauno”, aquí y ahora se estaba produciendo la siguiente transformación.
A base de ver películas yanquis de adolescentes gilipollas muriendo uno tras otro, pandillas de niñatos disfrazados de personajes de terror recorriendo urbanizaciones pastelosas pidiendo chucherías y fiestas de erasmus borrachos al principio en pabs irlandeses y al final hasta en las peñas flamencas, los gaditanos estaban asimilando la dichosa celebración. De hecho ya se había asimilado y transformado el nombre: de Halloween a  Jalogüin; y no hacían falta unifamiliares.
(En algunas zonas de la ciudad el término ha evolucionado de forma diferente: Hallowey)
Los primeros años no se dio importancia a la introducción de ciertas costumbres foráneas en torno al 1 de noviembre, pero poco a poco fueron surgiendo las primeras voces en contra. La resistencia se tornó feroz pero poco tenían que hacer el tenorio y compañía ante la brutal potencia de la fiesta yanqui basada en el cachondeo puro y duro sin ningún tipo de compromiso o exigencia destacable:
Don Juan: -¿no es verdad ángel de amor, que en esta apartada orilla más pura la luna brilla y se respira mejor?...
Doña Inés: - Sí, pero yo me vuelvo a la otra aunque sea nadando, tío triste... prefiero no ver la luna y respirar peor asfixiándome con el humo del tabaco en la fiesta Erasmus denfrente a que me rayes la cabeza to la noche..triste, que eres un triste…
Y así fue como Halloween arrasó; porque la noche de todos los santos española no innovaba desde que zorrilla pensó: “mesaocurrío una historia del carajo”.
Pero igual que la naturaleza se abrió paso en jurasic park, estaba claro que a base de años la arraigada cultura popular local había sido capaz de asimilar las nuevas influencias y mezclarlas con las más ancestrales tradiciones dando como resultado algo nuevo e infinitamente más potente. Una mutación cultural que a modo de exclusiva se estaba presentando ante mis ojos… y mi yugular...
 La edulcorada fórmula yanqui del “truco o trato” era un herramienta potentísima en manos de cualquier kinki gaditano. Ofrecía mejores resultados que las antiguas “¿tiene cinco pavos?” o “¿tiene un sigarrito?” pues dejaba en manos de la víctima el establecimiento voluntario de la cantidad a mangar no limitando el importe máximo de dicha cantidad sino dejando que fuera el miedo el que libremente lo hiciera. Los resultados eran espectaculares. Además, la mezcla con los métodos y fórmulas tradicionales ofrecían infinitas posibilidades de complementar y amplificar la amenaza aumentando considerablemente los beneficios. Por ejemplo, si ante el mencionado “truco o trato” una víctima no sentía miedo suficiente como para entregar una cantidad que cumpliera las expectativas del kinki, a éste siempre le quedaba en la retaguardia el eficacísimo y ochentero: -“a como te registro y me queo con to lo que lleves…”. Halloween estaba a punto de convertirse en Jalogüin, la noche de todos los palos, la noche de los kinkis hirientes, la fiesta de todos los kinkis del mundo, una noche basada en el pequeño hurto y el mangoneo consentido. Y eso, eso si que da verdadero miedo…
(Continuará...)

Cadiztorias: Jalogüin gaditano (Cap. 2: El suceso)

El suceso
-¿Truco o trato?, respondí repreguntando mientras observaba como de los matorrales de alrededor surgían, como espectros de sus tumbas, drácula, el muñeco diabólico, dos frankestein, cásper, cuatro zombis y dos esqueletos. -Hostia, pensé, -pues si que ha calao hondo la modita esta del Halloween. Si los yanquis han conseguío llegar con su colonización cultural hasta lo más profundo de la espesura del parque genovés, esto ya no tiene marcha atrás. Más vale que Alex de la Iglesia grabe cuanto antes “Don Juan Tenorio, cazador de zombis” o “Pánico en la noche de difuntos” pa ponernos un poco al día o tendremos que enterrar nuestras tradiciones, nunca mejor dicho, para siempre.
 - Si pisha, ¿truco o trato?, respondió con descaro el infantil zombi extendiendo la bolsa del mercadona.
Sonriendo por lo extravagante de la escena, le contesté:
- es que no sé cómo se juega a esto, es la primera vez que me pasa, ¿qué se supone que debo hacer?...
– tienes que darnos dinero o te asustamos y te pegamos.
- ja, ja. Sólo di dos “jas”. El tercero no pude emitirlo al sentir la afilada punta de una rama en la yugular. Sin moverme, miré de reojo hacia abajo y comprobé que al final de aquél florete vegetal había una especie de payaso zombi diabólico que no llegaría a los 6 años. No pude ni tragar saliva pues la punta de aquella lanza me presionaba la garganta. Aquella situación, por familiar, fue como un deyaví[1]. -Esta situación ya la he vivido antes, pensé. Al contrario de lo que le había dicho al zombi de la bolsa, no era la primera vez que me pasaba. Atracos como este ya los había sufrido en los ochenta, claro que, a manos de yonquis en busca de pasta pa la dosis y no de niños de 6 años disfrazados de payasos zombis diabólicos. Pero una jeringuilla usada, una navaja o una rama afilada acojonan lo mismo cuando presionan la yugular… ¿qué estaba pasando?...
(Continuará...)


[1] Deyaví: De-ya-visto. Recuerdo de algo no sucedido: precuerdo. Ej.:  - Tengo la sensación de que yo esto ya lo he vivío antes… - ¿antes?, ¿cuándo te vas a haber jincao tú sólo un bogavante como éste, desgraciao?, si no tienes donde caerte muerto… -a lo mejor lo he soñao, será un deyaví  –¿deyaví?… que no ome que no, que esto no la visto tú en tu puta vida… ira qués corales…

2 de noviembre de 2014

Cadiztorias: Jalogüin gaditano (Cap. 1: El contexto)

El contexto
Domingo 31 de octubre de 2010, 18:30 de la tarde. Víspera del día de todos los santos, o lo que es lo mismo, en inglés: Halloween.
Camino solitario reflexionando acerca de lo aburridos y sobre todo lo largos que resultan los domingos por la tarde. Especialmente éste, que dura una hora más por culpa del puto cambio de hora durante la madrugada anterior.
Un cerebro aburrido es para las dudas existenciales lo que la mierda para las moscas: comida. La primera (duda, no mosca, aunque hoy también estoy hecho una mierda) me asalta a las puertas del Parque Genovés a donde he llegado fortuitamente guiado por unas piernas sin gobierno: ¿pa qué carajo se cambia la hora?, ¿a qué viene este auto-engaño colectivo?... dicen que es una medida de ahorro... ¿y compensa?, ¿quién carajo ahorra en un día que dura más?, ¿cuánto ahorra?...¿se descubrirá algún día en el futuro qué había detrás de este montaje?, ¿será una conspiración?... Sólo por el incordio que supone mirar dos veces el reloj para darle tiempo a tu cerebro a pensar la hora que es ahora y no antes, ya habría que quitarlo. Es como el euro, que seguimos pensando: 3 euros - 100 pavos, 20 euros - 3 talegos, 50 euros - 8 talegos... ¿pa qué carajo ha valido entonces?... pa metérnosla doblá, como el cambio horario.
¿Y la putada que es tener que ir cambiando la hora de cada reloj?; antes cuando nada más que se tenía un casio cagón en la muñeca, todavía, pero, ¿y ahora que vivimos en una cuenta atrás vital permanente rodeados de relojes que nos recuerdan cómo se nos va gastando la vida?: el del coche, el del móvil, el del portátil, el del ipod, el del gps, el del microondas, el del video (si, qué pasa, yo sigo teniendo video. Y además beta, pa dar por culo), el reloj de la cocina, el reloj del salón, el reloj del dormitorio, el reloj de la cámara, el reloj del plasma (sí, qué pasa, tengo plasma y video beta, con dos cojones), el reloj del horno, el reloj de la termomix, el reloj de la nevera... total, que la hora que gano atrasándola, la pierdo en atrasarla, toma jeroglífico... así vivo, en un conflicto espacio-temporal permanente más chungo que el del viejo de los pelos blancos de regreso al futuro. Po toavía tengo que aguantar a carajotes neojipis de esos que te dicen -yo no llevo reloj; no lo necesito, paso de que el tiempo me controle...
-¿que pasas de que el tiempo te controle?... el big ben te metía por el culo yo a tí desgraciao... claro, rodeao de relojes como estamos no te hace falta llevar uno en la muñeca… pero en el culo nunca viene mal, gilipollas. Seguro que fumas y no llevas tabaco. Ni dinero. Ya te diremos los carajotes que llevamos reloj la hora y te daremos un cigarrito y cambio pal autobús... Parásito!!...
En fin, como puede verse, el cambio de hora provoca ciertos trastornos físicos y mentales que no se han valorado y que seguro que hacen que no merezca la pena. Así que lloremos un poco o seguiremos mamando.

Pues eso, que tales disquisiciones me habían llevado a las puertas del parque genovés la tarde de la víspera del día de todos los santos. Y ya que estaba allí, entré. El parque genovés es un lugar seguro para vagar y pasear sin miedo, excepto en Halloween. Pero yo no lo sabía. A media hora del cierre (es desalojado cuando cae el sol) la zona del merendero permanecía llena de gente. Cosas de la crisis. El nuevo chiquipark de Cádiz; un lugar donde celebrar los cumpleaños con piñas, piedras, palos, gatos, palomas y charcos en lugar de piscina de bolas y rolans macdonals gilipollas. Y gratis.
Pero al pasar junto a las mesas dos cuestiones captaron mi atención. Por un lado la decoración: de árbol a árbol colgaban guirnaldas con calabazas, esqueletos y fantasmas compradas en el chino. Por otro la edad de los asistentes: ninguno bajaba de los 30 tacos. Algunos llevaban capas de drácula y sombreros de bruja. Había también 2 abuelos vestíos aproximadamente de fredy cruguer y 3 abuelas que o bien se acababan de levantá de la tumba y eran zombis o bien se acababan de levantá de la cama y venían despeinás y en batas de boatiné. Y había whisky. Y ron y ginebra. Y canutos. Un botellón por derecho en el que las parejas y familias se mezclaban y perdían los papeles sin pudor en una especie de wustok gaditano. Un bastinaso.
Agobiado por el cambio de hora y asqueado por ver a dos abuelas borrachas remangarse sin éxito las sábanas viejas que componían sus localistas disfraces de casper para echar una meada impune en mitad del camino, decidí internarme en la espesura del parque. Allí donde sólo llegan algunos de los estrechos senderos que parten de los caminos principales. Lo que en ese momento no sospechaba era que aquél intento por alejarme de la realidad podía suponer también alejarme de la vida; o acercarme a la muerte, según se mire.
En mitad de la fronda, perdido en la foresta, todo el mundo siente algo de miedo. Sobre todo si ve acercarse un zombi de siete años con una bolsa del mercadona en la mano diciendo: -¿truco o trato?...
(continuará...)

30 de octubre de 2014

Yo, autónomo: vacaciones...

Allá por el 20 de enero de este año, ignorante aún de la nueva e injusta subida de la cuota de autónomos que con nocturnidad y alevosía y aprovechando "esas fiestas tan entrañables" nuestro nunca bien ponderado gobierno acababa de aprobar, me fui de vacaciones. No sabía muy bien cómo se hacía, la verdad. Pero me armé de valor y salí a enfrentarme a lo desconocido. Eso sí, temeroso, dejé una nota colgando de la puerta del negocio. Nofueraserqué.

23 de octubre de 2014

El graffiti virtual: pequeños gestos

Las tantas de la madrugada de un día cualquiera. Tapia del cementerio; junto al paseo marítimo, Cádiz.
Una gran pantalla municipal continua con su labor narcótica a pesar de la hora y " a pesar de la crisis":

El cerebro de un intrépido ciudadano que pasa por allí despierta de su letargo inoculado al constatar el tamaño de la contradicción que encierra lo que ve con respecto a lo que ha visto al pasar por allí esa misma mañana:
 
 
Harto, decide tomarse la escasa libertad que le va quedando y tirar de spray. Un pequeño gesto para el hombre y una gran pintada para la verdad.

20 de octubre de 2014

Isabel de Castilla, "La rápida"

He visto Isabel dos o tres veces; más que ná por compartir el sansun y el "vamoatragasnoloquenosechen". Y he llegado a una conclusión: o en el S. XV ya existían el AVE y Raianer, o no sé cómo carajo se lo montaban los embajadores reales para ir y volver a Flandes, Roma y Portugal tres o cuatro veces por capítulo. Y sin yetlá ni ná de ná.

18 de octubre de 2014

Manipulación en la 1: Frio del Karajiěn

La manipulación en la televisión pública está alcanzando niveles alarmantes. No me extraña que los propios trabajadores se estén plantando. He aquí un claro ejemplo: ¿qué puede haber en Helsinki que no quieren que vayamos?...ummmm... ¿Esta no era la mujer del tiempo que tenía una denuncia por conflicto de intereses?... ¿qué tiene?... ¿una tienda de bufandas en la T4 o una fábrica de tirantas naranjas como la que lleva puesta?... ummmm... En la era del piensa mal y acertarás y de las conspiranoias, las casualidades no existen. Por si acaso, si alguno de ustedes va eshá er diita en Helsinki, que eshe ener troli una rebequita...

14 de octubre de 2014

Cadiztorias: La ropa de invierno

El pasado fin de semana, mientras el mundo se rascaba por las numerosas guerras que irritan su piel, la comunidad internacional trazaba las estrategias para enfrentarse al ébola y España vomitaba al imaginarse a Rato, Blesa y Spottorno en "carsonsillo" tirando de tarjeta en cualquier puticlú de carretera, aquí, en Cádi-Cádi, verdadero y genuino centro del mundo, la gente ha estado ocupada en otros menesteres.
Como todos los años, en un ritual que se repite desde que el primer fenicio que llegó dijo aquello de "tengo el cuerpo cortao", los gaditanos han dedicado el puente del Pilar a la que es sin duda, junto a la búsqueda de aparcamiento, una de sus más laboriosas tareas: Sacar la ropa de invierno.

El fenómeno, que va por su tresmilypico edición, se ha situado ya a la altura del paso del rio Mara por los ñú, la migración de la mariposa monarca a Michoacán o el Día de la marmota de Pensilvania, como uno de los indicadores meteorológicos de referencia mundial; constituyendo, por si mismo, un espectáculo de la naturaleza de una belleza plástica indescriptible perfectamente aderezado con ligeros matices de nostalgia y tristeza propias de la estación. Esa gama de azules, verdes y rojos de las fundas de cuadritos del moro (antes de los chinos) a reventar, esas cremalleras rotas incapaces de soportar la presión y esa estampida de ácaros desbocados al sentirse libres buscando napias y lagrimales que okupar como si en la conquista de Oklahoma estuvieran.
Y como no, el llanto amargo de polos, nikis y camisetas al verse nuevamente recluidos, la tristeza de bermudas y bañadores obligados a hibernar en el canapé junto a sábanas viejas y regalos feos sabedores de que quizás el próximo año se note demasido que hace ya siete que pasaron de moda...
Pero la naturaleza es sabia, y muy hija de puta. Y sabe, que a pesar de todo, que a pesar de alergias y peste a alcanfor, que a pesar de nostalgias y tristezas, en el fondo, muy en el fondo, el gaditano ya está hasta el carajo del verano y vive con la ilusión del niño que se se pone zapatos nuevos (aunque sean los mismos del invierno pasao) la llegada de la nueva estación. Y del segundo puente. El de la Inmaculada. No se vayan a creer. Que nos permitirá cruzar en un suspiro de polvorones y papelillos al otro lado, aliviándonos la amarga travesía que culminará cuando nuevamente volvamos a vernos los pies. En las chancla.*

*Siempre he querido terminar un relato con la palabra chancla, y aunque en este caso la concordancia de número me obligaba a terminar con el plural "chanclas", la inexistencia en gaditano de dicho plural me ha permitido tomarme la licencia gramatical y cumplir mi viejo sueño finalizando este relato como me sale de los cojones. He escrito.

25 de agosto de 2014

La vuelta a España en Cádiz: "Anunció la Teo" by El silencio de los borregos

Hoy la Vuelta a España ha pasado por Cádiz. A principios de año, la alcaldesa lo anunció a bombo y platillo con un video en el que se podía ver al pelotón cruzando el segundo puente... 
Cuplé del cuarteto achirigotado callejero "El silencio de los borregos". Carnaval de Cádiz 2014
Letra (con música de norit lavalanas):
"Anunció la Teo
queste año la vuelta España
va acabá una etapa en Cádi
puso en video el 
recorrido
y mostró que los ciclistas
podrán alcanzar la meta
cruzando el segundo puente...
más vale quel pelotón
se jarte clembuterol.

Leed, leeed, leeeed..."

18 de junio de 2014

Cadiztorias: Zoo ¿lógico?

Hace unos días tuve la dicha de visitar el Tempul, ese sitio lleno de animales que desde hace unos años se llama zoo de jerez. La primera vez que fui lo hice con el colegio. Por aquella época era una excursión podemos decir clásica u obligatoria para cualquier niño de cádi. Un viaje iniciático. Se iba al Tempul como se iba a la Meca, al menos una vez en la vida. La excursión al Tempul y la excursión a Las Canteras de Puerto Real marcaron a toda una generación, esa que ahora precisamente las está pasando putas para tirar palante; ¿estarán de alguna forma relacionados ambos hechos?... quierasabe...
De cómo era el Tempul a principios de los 80 habla muy bien el contenido de la mochila de cualquier visitante infantil de entonces: cantimplora con agua del grifo, fiambrera de aluminio con tortilla de papas y/o filetes empanaos (no había tapergüer porque las madres aún estaban haciendo los cursillos de formación para venderlos por las casas), bocadillo de mantequilla envuelto en papel albal (sólo había esa marca), patatíbiris (las del indio. Aún no existían las matutano de jamón o eso nos decían las madres), y, si la excursión era a primeros de mes, galletas príncipe, un huesito o un bony. Ah!, y un rollo de papel higiénico; del elefante, ofcors. Así mucho pudimos comprobar in situ como el nombre no se debía a la marca sino a su extraordinario parecido con el áspero pellejo del susodicho paquidermo.
Cabe destacar que a pesar de la aparente falta de sofisticación de las provisiones, estás incluían un elemento extra impensable para cualquier visitante infantil de hoy: comida pal hipopótamo. En aquellos años una de las mayores atracciones para un niño era echarle un bocadillo entero con papel albal y tó al hipopótamo mientras éste mantenía su enorme boca abierta a ras de agua. El bicho abría las fauces y durante unos minutos nos enseñaba sus cuatro dientes como patas de somier provocando un chaparrón de bocadillos plateaos y latas de fanta (compradas en el bar con los 20 duros que nos daban de paga pal viaje). Al rato, impertérrito, cerraba la boca permitiendo que todos los que velábamos por su desequilibrada dieta aprendiéramos el significado de aquella palabra asociándola para siempre a lo que le sudaba el carajo al hipopótamo que le tirásemos bocadillos sin pelar. Qué fiera...

Ya existían los famosos cartelitos de "Prohibido dar de comer a los animales", pero por aquel entonces se pensaba que eran instrucciones dirigidas a los padres para favorecer el decaimiento de sus hijos con el fin de controlarlos mejor durante la visita.
En fin... supongo que a la muerte del hipopótamo el ayuntamiento sacaría a concurso público la retirada del cadáver entre los chatarreros de la zona (http://www.reporterosjerez.com/2014/02/12/fallece-cova-la-hembra-hipopotamo-del-zoo/).

Años después volví al Tempul. Serían mediados de los 90 y ya lo hice como monitor de un grupo de niños. En las dos ocasiones que regresé me advirtieron en taquilla que ya no se llamaba Tempul sino zoológico de Jerez. Pero ya era tarde para mi formada estructura mental y no pude cambiar el nombre al archivo en el 486 que tenía y tengo por cerebro ni pude tampoco modificar el escueto título de la circular enviada a los padres de los niños: Excursión al Tempul.
Ambos, el Tempul y yo, habíamos cambiado. El zoo estaba entonces muy bien considerado, el segundo o tercero de España entre otras cosas por los exquisitos cuidados que recibían sus animales y la calidad de su labor divulgativa en educación ambiental. Confieso que aquello me sorprendió pues la imagen del hipopótamo jarto de aluminio era para mi mucho más inseparable del Tempul que la del posteriormente famoso tigre blanco. Pero he de reconocer que el zoo había mejorado muchísimo. Más que yo mismo. Tanto que mis recuerdos y anécdotas de esa etapa ya no se basaban en el abandono y dejadez de los animales sino en temas mucho más banales.
Recuerdo por ejemplo situar a 40 niños delante de la jaula de los chimpancés ante el patriarca de la manada que permanecía sentado escasamente a un metro del público, impertérrito (ofú). De repente, entre mojigangas e infantiles imitaciones guturales, el patriarca comenzó a tocársela sin pudor alguno. Justo cuando a mis 40 tutelados se unieron otros tantos de un colegio local atraídos por las risas escandalizadas, el macaco terminó la macoca regando de adeene a sus sorprendidos descendientes evolutivos. La profesora que guiaba al otro grupo me miró manchada y furiosa: -yo no sío... fue lo único que acerté a decir cagándola aún más...
En otra ocasión, mostrando a los 40 infantes las diferentes especies de loros agrupados en la pajarera y la facilidad de algunas de esas especies para imitar sonidos como el habla humana, apareció en el horizonte Fernando Quiñones. Si, si, el escritor; el autor de "La canción del pirata" y "Las mil noches de Hortensia Romero". Un puntazo de personaje al que por su talla intelectual y por su en ocasiones pedante forma de abordar temas locales, el carnaval dedicó una frase histórica: "¡Tes qui ya, Quiñones!...".
Yo había leído sus libros y seguía su columna semanal, y, aunque lo admiraba, al verlo dando la brasa a sus acompañantes no pude evitar la tentación del cachondeo fácil que se me presentaba; rápidamente reuní a los 40, los llevé al otro lado de la pajarera para que el poyete los ocultara y les dije que la mejor frase que sabían decir los loros era: "tesquiyá, quiñones!...arggg!...". Con voz de loro, claro.
Cuando el creador del "Cantueso", que venía haciendo de cicerone para un grupo de amigos que lo escuchaban con atención, se acercó con éstos a la pajarera, quedó impactado; desde el otro lado de la jaula pude ver aparecer en su cara la debilidad de la incomprensión, la desconfianza en sus sentidos e incluso la duda existencial... Dedicó no menos de dos minutos a entender lo que estaba pasando escuchando con atención a los casi 60 loros, cotorras y papagayos de todo plumaje y condición que tan admirable y familiarmente lo recibieron (y a los 40 niñatos escondidos). Pero no fue capaz de articular palabra tratando de afinar sus oídos para asegurarse de que no le estaban traicionando. Permaneció en silencio hasta haberse alejado de la pajarera con sus amigos, pensativo. Pero él sabía lo que había escuchado y el secreto se lo llevó, supongo, a la tumba.

En la segunda década de este siglo he ido 2 veces al Tempul. Ahora no llevo 40 niños sino 2, los míos. Aunque me cansan como dos veintenas. La última vez fue hace dos semanas. El zoo está mejor, pero reconozco que siempre que voy lo hago tan expectante como la primera vez. Por eso, cuando llegamos a la puerta y el pequeño me dijo que quería ver a los leones crucé los dedos recordando mi penúltima visita con el mayor 2 años atrás...

- Papá, papá... yo quiero ver el tigre blanco, yo quiero ver el tigre blanco...
- Valee, mira, allí está la jaula.
Cartel: Sentimos comunicarles que el tigre blanco, durante años una de nuestras principales atracciones junto a la elefanta Buba, falleció ayer a consecuencia de los graves tumores que padecía.
- Papá, ¿por qué no sale?, yo quiero verlo...
- Estooo (¿cómo se le explica esto a un niño de 3 años?... ¡ya!)... a lo mejor se ha ido a ver a la elefanta Buba, ¡corre!, ¡vamos a buscarla!... ¡mira!, ¡allí está la casita de Buba!...
- Papá, ¿por qué hay una excavadora en la casita de Buba?...
- ¿una excavadora?... estoo...
Cartel 1: Estamos aprovechando para remodelar esta zona. Disculpen las molestias.
- papá, ¿por qué no sale Buba?...
- ¿Buba?...ummm...
Cartel 2: Nuestra elefanta Buba, tras haber hecho felices a miles de niños durante años, ha emprendido un largo viaje para ser madre. Ha viajado hasta Hungría para conocer a otros elefantes y formar una familia. Tened paciencia, quizás cuando vuelva, ¡lo haga con elefantitos!... 
- Buba... (¡joder!, ¿y esto?, ¿cómo se le explica esto?... "mira hijo, el tigre blanco la palmó antesdeayer y la elefanta Buba se ha ido a  Hungría a jartarse de follar, ¿vamos a ver si los monos se están masturbando?...")... es que se ha ido de viaje muy lejos...
- ¿a dónde?
- A Hungría
- ¿para qué?
- pues... para casarse y tener hijos
- ¿y por qué no se casa aquí?
- porque los elefantes de aquí son muy feos
- ¡groaaarrrrrrrrrr!... ¡groaaaaarrrrr!..
- ¿qué es ese ruido papá?...
- (¡salvado!), ¡son leones!... ¡vamos a verlos!...
- ¡ummmmjjj!, ¡ummmmjjj!...¡groaarrr!...
- ¡joder!...
- ¿Qué están haciendo papá?...
- esto... (al carajo!)... ¡lo mismo que Buba en Hungría!
- ¿se están casando?...
- ...ofú io... -contesté impertérrito...
FIN

11 de junio de 2014

#tantoTwitterYtantaOpinion: nacionalidad baratita

Pedir la nacionalidad costará 75 €. Yo vendo la mía en 60; atiendo por feisbu y por guasa. #nacionalidaddemarcabaratita


Remedios callejeros para sobrellevar estos tiempos: "Los poetas japoneses"

En este preciso instante el Congreso está a punto de aceptar la abdicación del rey. Y lo hará por mayoría absoluta-mente compinchada. De esta forma se cumplirá el procedimiento legal necesario para acelerar la proclamación del príncipe como nuevo rey "ad carajum sacadus".
Últimamente todo son loas, alabanzas y honores que nos llevarán en volandas y sin darnos cuenta (de eso se trata) hasta el primer partido de España en el mundial. Pasaremos de Juan Carlos I "el campechano" a Felipe VI "el preparado" antes de saber si la selección recupera o no la tradición de quedarse en cuartos.
En una especie de amnistía mental, el universo y los planetas se alinearán y todo cuadrará para que podamos concedernos a nosotros mismos el gustazo de olvidar todo lo que se ha ido sabiendo y rechazar plantearnos siquiera si queremos dejar de ser súbditos para ser ciudadanos. Y es que no queremos; no es el rey, somos nosotros. Nos da miedo preguntarnos a nosotros mismos no vaya a ser que nos demos cuenta de que en el fondo lo lógico sería salir del armario. La libertad nos quema en el coco y es mejor que papá Estado decida por nosotros. La ignorancia nos hará libres; dentro de nuestros auto-impuestos límites, claro.
A medida que se acerquen los partidos decisivos del mundial hasta los más beligerantes irán olvidando el pasado corrupto reciente de los que mandan y la importancia de la recién perdida oportunidad histórica de hacernos mayores como sociedad. Yo el primero, como dijo aquél; en cuanto la coja Iniesta.
Por eso, para refrescar la memoria sobre lo que han venido haciendo últimamente algunos de esos a los que vamos a permitir que decidan por nosotros que todo siga igual,  y, a modo de remedio callejero e ilegal para sobrellevar estos tiempos, enlazo este pase golfo de "los poetas japoneses" en el carnaval de Cádiz 2013 (callejero, ofcors). Sírvanse un par de haikus después de cada comida y a disfrutar de la monarquía... que la vida son dos días!!!... ¡Viva Camilo VI!...¡viva la república independiente de Capuchinos!...

8 de junio de 2014

La ciudad que funciona: despertares


Macabolevantá. Qué peshá de dormí, picha... desde febrero estroncao... He tenío un sueño de esos profundos que te atrapan y no te sueltan. Estaba como drogao... bueno, creo que para ser exactos estaba narcotizao. Lo último que recuerdo es que iba en el 1 a la altura de los cuarteles y estaba tratando de aumentar mi sabiduría gracias a la lectura continuada de pantallas municipales. Me había subido en la primera parada, la de la piscina, y creo recordar que iba pal centro. Me he pasao un trimestre en blanco; sin criterio; sin razón; con el espíritu crítico anulado. Pero en paz... Al no encontrarme a mí mismo y confiando en el azar, decidí vagar. Y en plena anarkía caminante estaba cuando mis pasos me llevaron nuevamente a la parada del 1, en la piscina. Subí, pagué con el bonobús antiguo, se descojonaron de mí, y, tras agarrarme a la baranda, levanté la vista y me enchufé de nuevo: pantalla en azul-pepé corporativo, letras en blanco idem. Leí el texto: "¿Sabías qué?"... y repentinamente comencé a notar una familiar placidez. Qué gustito io. Mejón quel yoga y los porro. Comenzaba mi doble viaje y emergió la siguiente sentencia.

Comencé a leerla "pamí" cuando de repente otro pasajero superpuso su voz:  -"Se ha demostrado científicamente que leer pantallas ayuda a conciliar el sueño por puro aburrimiento"... Aquél inesperado locutor provocó en mi mente una sacudida como la que provocaban los despertadores viejos. Por suerte, de la nada azul, emergió la siguiente:

- "Reforzar los tejidos del paladar y la garganta con cirugía cura los ronquidos aunque cambia el tono de voz"... -volvió a leer el pasajero impidiéndome entrar en trance, - po ya sabe juanlu, no te opere, no vaya sé que juancaslo te eche de la comparsa... -apuntó un desconocido desde el fondo provocando las risas y alejándome aún más de Morfeo. Sólo me quedaba confiar en la robótica insistencia del rodillo propagandístico. No me defraudó, de inmediato, acallando pamplinas, arrojó un nuevo y poderoso mensaje:

-"Una vidriera de una catedral es buena cuando hay mucho rojo"... -leyó eguein el constantinoromero del 1 dando paso a un silencio tan sólamente roto por el zumbido de los procesadores de los pasajeros en busca de la siguiente pamplina. Encontrarla no era tarea fácil. El grado de absurdez de la frase era difícilmente superable pues constituía una pamplina en si misma. Había sido perfectamente diseñada por los goebels de la teo para penetrar las mentes de los ciudadanos sin llamar la atención, camuflada de conocimiento.Y los culos.
En circunstancias normales, en cualquier otra línea de cualquier otra ciudad del mundo, hubiera callado a las masas. Pero en Cádi no. Lo único que el gaditano no soporta es que se le impida la réplica en un duelo de pamplinas. Aquí se considera una afrenta; bajuna, pero afrenta.
El zumbido aumentó, el cielo se oscureció amenazando tormenta... brain storming?,no, pampling storming. Y estalló:
-¡nunca te bajarás sin saber algo nuevo!...
-cuando hay mucho rojo...¿dónde?...¿en el taco del obispo?...
-¡shofeee!!!... ¡pon er furbo!!!
-¡teófilaaaaa!... ¿si me bajo en la plaza españa me dai er graduao?...
La impotencia de los pasajeros a la hora de contrarrestar el efecto de aquella frase era evidente. Ninguna ocurrencia la superaba haciendo quedar en evidencia la supuesta gracia innata del gaditano. Y entonces, de pura rabia, apareció la violencia:
-y una pantalla municipal es mala cuando hay mucho azul, arcánsame er martillo, cabesa!!!!... -gritó impotente  el iniciador de todo. -¿Qué martillo, pisha?... - respondió er cabesa -ese que pone sólo usar en caso de emergensia... 
Cuando er cabeza, alentado por er gafa, una vieja y un nota con barba, se afanaba en arcansá er martillo, intervino, oportuna, la megafonía del bus: -Próxima parada, comisaría.
Y aquí estoy; por fin despierto.

15 de febrero de 2014

Diseño sueco, uso español.

De los creadores de la estantería "Billy", la mesa "Lack" y el sofá "Klippan", llega ahora... ¡ el macetero "Papaja"!... ¡corre a por el tuyo!, ¡que se los quitan de las manos (y en qué mal momento...)!...
 
 Qué costumbres más raras tienen estos escandinaBos... Aunque viendo las colas y con lo novelera que es aquí la gente, de aquí a ná está to cádi echando sus semillitas en los maceteros; cosas de la globalización...

5 de febrero de 2014

Cadiztorias: Día de furia gaditano

Cuando el maikel duglas de cádi se levantó, el sol aún andaba en pijama. Tras dos días de lluvia y gris, el regreso de la luz encendía el optimismo y moderaba la permanente inflamación de huevos. -Me veo hasta más guapo, pensó ante su reflejo mientras blandía el peine contra el remolino almohadero que aprovechando la noche había tomado su coronilla. Rendirlo le supuso ganar su primera batalla del día. La cosa pintaba bien.
Que fuera sábado no le había impedido mantenerse firme en la rutina: despertar justo antes de que lo hiciera el despertador, calzar babuchas, preparar cafetera, vaciar vejiga, quitarse eskijama... Tan sólo se había permitido una sabadeña concesión que por otro lado estaba perfectamente recogida y regulada en sus estatutos personales: dejar el tulipán abierto hasta el final del desayuno.
Había comprobado que eso le relajaba y le servía para eliminar las toxinas mentales acumuladas durante la semana. Dejar el tulipán abierto durante los 6 minutos y 14 segundos que duraba el desayuno era al mismo tiempo su desahogo y su parte oscura. Su vicio y su pecado, su único y esporádico ejercicio de incoherencia. Lo que según él mismo se decía, le hacía más humano igualándolo en lo cabrón. Tela. No quería salir limpio del juicio final por no quedarse sólo fuera. Pero tampoco quería ser el último en el patio del infierno.
Correcto en el saludo, exquisito en el ascensor y amable en la casapuerta, salió a la calle. Apenas había dado seis pasos cuando pisó la primera mierda. -¡Me cago en su puta madre!, ¡puto perro!... -gritó encorajinao, pero inmediatamente tiró de viejos recuerdos infantiles para reconducir su ira: -¿quienes son más guarros?, ¿los perros o sus dueños?... (le preguntaba su padre cada vez que se veían obligados a recorrer la calle Fernán Caballero haciendo eslalon para ir y venir de de la guardería)
-sus dueños, le enseñó a responder machaconamente. -Recuérdalo hijo, algún día te ayudará saberlo. -Papá, no me lo digas más veces!... -contestaba él. Y así durante toda la guardería, la egebé y parte del bup. Hasta que repitió tercero y como castigo dejaron de eskiar mierda juntos.
- Los dueños... murmuró nostálgico mientras limpiaba la suela en un parterre, -...los dueños... De repente, el perro de la ferretería Quirós llegó junto a su pie de apoyo y lo meó. -¡Sus mu... dueños... volvió a decir controlando la respiración mientras notaba como el corrosivo orín canino iba poco a poco calando la loneta de sus tenis hasta impregnar sus calcetines. Pero todos sabían que el perro de la ferretería Quirós era un perro callejero, libre, indomable... sin papeles, chip ni dueño conocido.
Todos menos él, claro. Decidido, con un pie meao y otro cagao, se adentró en Quirós en busca del dueño.-¿Quién es...? - yo soy la última, dijo una señora en bata antes de que pudiera terminar la pregunta, - que llevo askí media hora y ya mesacolao medio cádi, y tó pa comprá un paquete de azufre y una lata de zotal pa espantá a los perrito asqueroso que me se mean en la casapuerta... Vociferó en voz alta con afán informativo. Pero nadie pareció darse por aludido. Desvelado el misterio de quién era el último en la cola y de que la misma existía, aguardó su turno evitando entablar conversación con la agresiva señora a pesar de compartir aparentemente el mismo problema. -¿Quién va ahora?... -se escuchó decir tras una imposible pirámide de cajas de tornillos y tuercas levantada sobre el mostrador. -¿es de alguien el...?... -comenzó a preguntar nuestro protagonista hasta ser nuevamente interrumpido: - mío, el ford focus verde es mío, pero no me sale der carajo moveslo otra vé, que llevo gastao 30 leuro en gasoi na má que moviendo er coche pa dejá pasá a carajote que no saben esperá. ¿No hay más calle en Cádi o qué?, ¿tor mundo tiene que pasá hoy con er coche por aquí?... ¿qué carajo es esto?, ¿enrique las marina o la emetreinta?... eso sí, la única que no ha pasao en tor día es la maquinita esa pa bardeá la calle...   a esa no hay forma de verla ningún día, así está esto, que parese el pipicán de cádi... Quien así se expresaba era el segundo en la cola, y viendo al ritmo que ésta avanzaba, era presumible suponer que el ford focus verde llevaba cortando la calle algo más de 40 minutos. Con dos cojones. -Vamo a relajarno... -dijo la voz tras la pirámide, -que va a habé tornillo pa tor mundo... Pero alguien correcto y cumplidor como el maikel duglas de Cádi no estaba ya pa mucho relax. Su ofuscación estaba a punto de alcanzar el punto de no retorno. -Es que yo sólo quiero hacer una pregunta, -insistió el Maikel. -no picha, tu lo que quieres es no esperar tu turno para hacer la pregunta y colarte por la puta cara. -Intervino un tio en chandal con zapatos y una bolsa verde de la que asomaban los avíos pa un puchero. -¿O es que te crees que los demás no queremos preguntar?... - pero... -ni pero ni polla, tu imagínate que te cuelas y preguntas si tienen juntas de goma pa las tapadera de la olla exprés y te dicen que no hay, ¿para qué me han servido entonces a mí los cuarenta minutos de cola, eh?... me quedaría hundido y encima tendría que esperar hasta el lunes pa podé comprá una puta goma de tapadera de olla exprés...
De repente el Maikel comenzó a ponerse colorado, a jadear y a emitir  un agudo sonido como el del pitorro de una olla exprés: -¡¡¡¡iiiiiiii!!...¡ah, ah!...¡iiiiii!!!... El resto de la clientela enmudeció al verlo. Todo el mundo dio un paso atrás pero sin alejarse mucho para no perder "la vez" y justo cuando más rápido y agudo era el sonido, la voz tras la pirámide, llevada por la imprudencia de no ver lo que ocurría al otro lado del mostrador, preguntó: - ¿quién va ahora?...
El vacío que siguió al desgarrador grito del Maikel duglas fue como el que precede a la deflagración: -¡¡¡¡los dueñoooooooooooooossssss!!!!... ¡¡¡quién carajo son los dueñoooooooo!!!... Fueron cuatro, como mucho cinco, los segundos de silencio que siguieron al grito. A la señora de la bata apenas le dio tiempo de apoyar el codo derecho sobre la palma de la mano izquierda para llevar los dedos de la mano derecha a la mejilla  y decir tres veces "oy" seguido de "qué boquita" antes de que los miles de tornillos, tuercas y arandelas que conformaban  la pirámide del mostrador cayeran sobre ella. La pirámide colapsó por el rapidísimo maguashigueri lanzado por el maikel duglas de cádi y fue entonces cuando la voz que tras ella se ocultaba cobró forma humana encarnándose en un tío bajito, fornido y con un lápiz en la oreja. Tras él, un inmenso y oscuro pasillo se perdía en las profundidades. Sus lozas agrietadas, la altura de las desvencijadas estanterías y la estrechez del paso le daban un aire tenebroso. Nada tenía que envidiar en su aspecto a cualquier desfiladero de Mordor. No ver el final asustaba, pero más asustaba imaginarlo... A la dantesca escena contribuía la espesa cortina de polvo que provocaron los chalecos de seguridad y ropa laboral que colgaban de las paredes al ser sacudidos por la onda expansiva de la pataita. El nota del focus había salido despedido hacia atrás y permanecía inmóvil, ensartado como una brocheta en el expositor de picaportes y llamadores situado junto a la puerta. Ya no tendría que volver a mover el coche. Finos regueros de sangre, cual rajoyanos hilillos, descendían del expositor hasta formar un charco en torno a la bolsa de los avíos del puchero del nota del chandal. Y uno de sus zapatos. La visión del puerro, el mocasín y las dos papas bañadas en sangre era espeluznante. Aunque no tanto como la de su dueño con la cabeza atravesada por una broca atraviesamuros  que le entró por un ojo y le salió por la nunca al salir huyendo equivocadamente contra el taladro en exposición que ahora lo mantenía erguido. Y descalzo de un pie.
Pero.. ¿y la voz tras el mostrador y supuesto dueño del perro?...
Repentinamente envejecido por el polvo, quedó en shock momentáneamente. Lo último que el maikel duglas de cádi pudo ver fue a otros seres de la misma altura con lapices en las orejas salir del pasillo y arrastrarlo a duras penas a las profundidades del desfiladero. El maikel no los siguó. No era trabajo suyo desratizar las entrañas de la city.
Sino la superficie... (continuará).