19 de septiembre de 2009
¡Ar carajo!, ya no mariscáis ninguno.
¡Qué dura es la paternidad!... te levantas un domingo de agosto a las 8, te curras las tortillas, los filetitos, los pimientos, la ensalada, el hielo, la nevera... Vas por el coche, metes la comida, la sombrilla, la mesa, las sillas, el cubito, la palita, el rastrillo, el flotador de jelou kitty, la piscinita de espiderman y los manguitos del rey misterio; metes a la suegra, la parienta, el perro, la tortuga y los 4 niños; echas gasolina y después de una hora buscando aparcamiento a 40 grados, cuando por fin lo encuentras y empiezas a descargar el tuingo, va el mayor y te mete la camaronera en un ojo mientras se pelea con el shico... Entonces, a pesar del titánico esfuerzo, lo vuelves a meter todo en el coche y gritas a pleno pulmón pa que se entere to la playa: ¡ar carajo!...¡ya no mariscáis ninguno!... Mientras arrancas, la herida que te has hecho al partir las camaroneras sangra rodilla abajo. A lo lejos, dos pequeños cangrejos moros respiran aliviados.
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