Caso 1.
-Soy escritor. Eso dijo el imbécil cuando el reportero de callejeros le preguntó a qué se dedicaba alguien que podía permitirse gastar mil euros en una cena para dos. -Soy escritor… -y gilipollas, añadí yo que acababa de entrar en casa reventao tras pasar 12 horas dando volteretas pa sacar 50 pavos. Gafapasta, modernoide, superficial y treinta y tantos… -¿Qué has escrito tú pedazo de imbécil pa gastarte mil laureles en cenar?... ¿la carta a los reyes magos?... ¿tú sabes cuántos libros hay que vender pa trincar mil pavos?... ahhhh!, que tus padres tienen pasta… claro… así sí; escritor y lo que te salga de los cojones… Pues ¿sabes qué te digo gilipollas?... que bien cobrao, sí señor. Buen clavaso. Malegro que testafen. Por imbécil.
Caso 2.
-Se llama Barbi. Es feliz cuando la llevo de compras y además es muy agradecida con los regalos que le hago. Eso dijo la carajota tras gastarse mil cien euracos en un collar con cristales de esvaroski pal puto perro. Rubia teñía, hortera, superficial y treinta y tantos…
-¿dónde curras tú pedazo de planicie encefalogramática pa regalarle al chucho mil pavos en cristales de esvaroski?... en eroski?... fijo que no, desde luego. ¿Tú sabes cuántas horas hay que echar reponiendo yogures, haciendo pirámides de latas de piña en almibar o abriendo palés de leche pa sacar mil pavos?... ahhhh!, que tu marido es millonario, claro, ahora me lo explico… ya no le hace falta ir al “Don Tico”… ya, ya… pues bien clavao, malegro por esvaroski; por carajota.
Caso 3.
-Ayudo a la gente que no tiene tiempo de ir de compras… por 300 euros le digo a mi cliente qué ropa le sienta bien… soy pérsonal shopper… Eso dijo la gilipollas y se quedó tan pancha. -¿Y hay gente que paga por eso?, preguntó admirada la reportera quitándome la pregunta de la boca. –Claro, son gente que trabaja tanto que no tiene tiempo ni para ir de compras... -¿cómo?, pensé, -¿cuánto es “trabajar tanto”?... yo echo 12 horas diarias y no es tiempo lo único que me falta pa ir de compras y darte a ti 300 pavos, pedazo de frívola… Pija y chabacana al mismo tiempo, superficial, cuarenta y tantos…
-¿pérsonal shopper?... pérsonal chóped te daba yo a ti, vendedora de humo!…
Conclusión (dictada a la grabadora)
-Tras el estudio de casos y su correspondiente análisis, se observa cierta variación en el perfil del caso 3 con respecto a los dos casos anteriores; y no es sólo el taytantos que la convierte en puretona. Al caso 3 no se le puede rematar con un “bien clavao” pues al contrario que en el 1 y el 2, ella es la clavadora y hacerlo supondría alabar su habilidad en lugar de alegrarnos de su estupidez. El caso 3 es sutilmente distinto, ambiguo y especial; tenía una víctima tipo caso 2 que se ponía en sus manos pa que le dijeran en qué trapos gastarse 2 o 3 mil pavos y, al mismo tiempo, compraba compulsivamente zapatos de tacón de 1500 laureles sosteniendo su insostenible derroche en una profesión inventada a su medida (tipo caso 1). O sea, el 1 derrocha y dice ser; el 2 derrocha; y el 3 derrocha, dice ser y ejecuta el ser. El caso 3, sin duda el elemento más evolucionado, nos permite finalizar este estudio planteado una teoría para explicar el sostenimiento de los individuos de su clase: "ellos se lo guisan y ellos se lo comen".
En fin… si Jean-Paul levantara la cabeza…
Se ta olvidao contar del caso 3, que se compró un par de zapatos de 1000 Euracos, y se los robaron acto seguido en el resturante donde estaba comiendo...tras lo cual, volvió a la zapatería y se compró otro par igual... ea 2000 Euros del ala en un par de zapatos. Ésta, además de gilipollas derrochadora, es reincidente!! Hay que joderse...
ResponderEliminarEs cierto Bea. Me gustó pensar que se los robaron los mismos de la tienda y luego se los volvieron a vender.
ResponderEliminarTampoco he tenido tiempo de comentar nada acerca de la pasta que costaba el café cagado por los marsupiales de no se donde. Una vez cagaba el bicho los granos de café que previamente había ingerido, un listo recogía los mojones, los molía y...voila!: el café mezcla natural más caro del mundo... café cagao a mil euros el paquete... si es que no sé cómo no nos hemos extinguido todavía...