24 de diciembre de 2009

El espíritu de la Navidad

Nochebuena; mientras millones de personas intentan, un año más, acabar con 4 especies animales (gambas, pavos, besugos y jamones) y una vegetal (espárragos), el espíritu de la navidad intenta encontrar su hueco en el mundo; y no lo consigue. De repente, alguien siente la necesidad de dar sentido al gambicidio que acaba de cometer y piensa que quizás ahí fuera, en las desiertas calles, esté la respuesta... o dicho de otra forma, aprovecha pa echarse un sigarrito tranquilo mientras sirven el pavo.

Ese alguien sabe que en todas las nochebuenas hay un momento en el que las calles quedan vacías. Son apenas unos minutos que comienzan tras escucharse aquello de "...en estas fiestas tan entrañables, la reina y yo..."; es ese preciso instante en el que todo el mundo coincide en la mesa; unos están decapitando la primera gamba, y otros, que ya han descuartizado una veintena y han mezclando varios tipos de patés, chacinas, quesos y vinos, comienzan a devorar el pavo como si tuvieran que soportar un invierno nuclear a partir del día siguiente.

Nuestro sujeto aprovecha la solitaria caminata para reflexionar sobre la navidad. Sabe que es una fiesta hipócrita, consumista y cruel, pero, aunque no lo reconoce, aún mantiene un puntito nostálgico residuo de una infancia cargada de villancicos, anuncios de turrones el almendro y sorteos de lotería.
Pensando en la navidad está cuando un montón de mierda le interrumpe el paso. Automáticamente su cerebro recibe las primeras imágenes, elige las primeras palabras, asocia los primeros conceptos y emite un pensamiento: "la navidad es una mierda". Asombrado por la complejidad del mensaje que acaba de crear y llevado por una miserable curiosidad propia de nuestra especie, chequea los desperdicios que cortan su marcha. En milésimas de segundo su cerebro recibe nuevamente la imagen y al detectar algo extraño da la orden de interpretarlo. Para hacerlo busca en los archivos de memoria y emite un nuevo pensamiento: "hay un belén en la basura". El ruido de este pensamiento llega al área donde duermen las emociones y despierta al puntito nostálgico del que hablábamos antes (el del turrón del almendro y la lotería). Inmediatamente el cerebro vuelve a asociar y emite: "la navidad es una mierda, pero hasta en la mierda nace la esperanza".
Pero entonces, el fulano, al escucharse a sí mismo, provoca a su ridiculez y a su incredulidad que a su vez ordenan un nuevo y exhaustivo chequeo visual haciendo avanzar a las piernas hacia la basura para ofrecer una imagen más cercana. Y ésta no deja hueco para la duda. Ni para el espíritu de la navidad. Lo que creía un Belén no es más que un grupo de viejas figuras sin-techo de botellón. El sujeto se reafirma entonces en su primer pensamiento y concluye: ¿habrán servío el pavo?...
...¡¡¡feliz navidad!!!...

3 comentarios:

  1. Nada Carlos...de espíritu navideño ná...

    Feliz 2010

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  2. Creo que es lo maximo que pueden dar las empresas de "decoración navideña" que aun trabajan para el ayuntamiento sin cobrar ni na con una familia que alimentá bajo la amenaza tácita de "que no te llamamo má"
    Ere un monstruo benite, que seai felí los 4.

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