6 de abril de 2016

Yo, autónomo: Gente que se la juega


Antonio Banderas es muy buen actor y precisamente por eso este video le ha llegao al personal. La interpretación es muy buena y el remate con la frase final, “se hace país con gente que se la juega”, es digno de cualquier película de estas en las que el héroe de turno salva al mundo en el último segundo justo delante de una bandera de barras y estrellas. Me imagino a Nicolas Cage diciéndola, por ejemplo. Eso sí, desconozco cuánto paga un emprendedor autónomo en EEUU pero estoy seguro de que si tuvieran que pagar los casi 300 euros al mes que pagamos aquí nada más que por levantarse de la cama después de “soñar muy fuerte con cambiar el mundo”, quizás y sólo quizás, se darían la vuelta y seguirían durmiendo. Y esperarían a que al mundo lo salvara otro como haría cualquier persona normal que tuviera dos dedos de frente fuera de donde fuera. Porque siendo realistas, si “se hace país con gente que se la juega”, ¿acaso no es jugársela pagar 300 euros al mes sin ninguna garantía de que vayas a facturarlos?, ¿no estamos haciendo país los casi 4 millones de autónomos españoles?...

¿Cómo?... ¡ah!, que no se refiere a los que ya somos autónomos sino al resto de gente que ¿opta? por esperar a que le caiga un trabajo del cielo y no se la juega “emprendiendo”… ya… Pues yo creo que ya va siendo hora de aclarar los términos; porque una cosa es ser emprendedor y otra autónomo. Para lo primero no hay que pagar ninguna cuota así que no nos roben el adjetivo, plis. Esta confusión aquí en España para lo único que sirve es para bajar nuestra autoestima como ciudadanos y como país.
Conozco a 5 españoles que, desesperados ante el paro, escucharon hablar vagamente de una posibilidad de trabajo en Suecia y allá que se fueron. Salieron desde Cádiz en el coche de uno de ellos y tras casi tres días de carretera llegaron a Suecia para darse de bruces con un rotundo NO. A duras penas consiguieron volver y supongo que aún estarán pagando las deudas contraídas para poder echarle gasolina al clio. ¿No es eso jugársela?... ¿no son emprendedores?...
Conozco a otros muchos españoles, algunos muy cercanos, que frustrados por no poder desarrollarse profesionalmente a pesar de su alto nivel formativo, decidieron emprender la aventura de buscar en el extranjero lo que aquí no encontraban. Aunque con mayor preparación académica que los del clio, hicieron las maletas y partieron con la misma ilusión e incertidumbre. Algunos aún siguen fregando vasos en Londres o repartiendo periódicos en Alemania. Esperando una oportunidad gracias al apoyo de la familia. ¿No se la están jugando?, ¿no se la están jugando también las miles de familias que los apoyan a pesar de la pena?...

¿No se la juegan también todos aquellos que con la mayor honestidad posible tratan a diario de sacar a su familia “palante” haciendo lo que sea desde el lado oscuro al que son irremediablemente empujados?... ¿no son emprendedores quienes se patean nuestras ciudades llenando las farolas de anuncios para cuidar niños, personas mayores, pintar pisos, dar clases particulares y formatear discos duros?... en otros países lo serían... En los mismos EEUU, sin ir más lejos. Y tendrían dignidad sin soltar 300 pavos “para poder trabajar”, no serían seres clandestinos ni marginales fuera del sistema como pasa aquí. Sí, porque en España hay gente pagamos y mucho por tener derecho al trabajo. Y hay gente que no paga porque no puede. También los hay que no pagan porque son unos piratas, pero esos aunque la cuota fuese cero lo seguirían siendo. No creo que los estudiantes españoles hagan mal queriendo ser funcionarios mayoritariamente, todo lo contrario. Actúan con una gran madurez y sentido de la supervivencia pues visto el panorama buscan la estabilidad y la tranquilidad necesarias para poder desarrollar su proyecto de futuro y ser felices. No son tontos, eligen la mejor opción, la más segura. Como enseñan en West point o donde quiera que estudiase Rambo. Me parecerían unos colgaos si su respuesta fuera la misma de los estudiantes yanquis. Aquí sólo aquellos que sentimos la necesidad vital de poner una idea en marcha nos vemos irremediablemente empujados a jugárnosla. No tenemos más remedio, nos moriríamos de pena si no lo intentásemos y nos arrepentiríamos toda la vida de no haberlo hecho. A pesar de que sabemos que la probabilidad de fracasar es muy elevada. Y fracasar en España, por mucho que queramos edulcorar el término, es una losa. Entre otras cosas porque para poder hacer frente a los 300 euros mensuales hasta que puedas comprobar si tu idea funciona habrás entrampado a tu familia y entorno cercano hasta las cejas. Y si tu idea no funciona, la vergüenza minará tu autoestima y te acompañará en forma de estigma hasta que saldes tu deuda. No, no creo que los estudiantes americanos sean más valientes que los de aquí ni que los de ningún sitio. Las condiciones no son las mismas. La emocionante arenga de Banderas que tanta repercusión ha tenido sólo servirá realmente para seguir mandando a jóvenes y no tan jóvenes a una batalla que no podrán ganar, a tratar de subir una muralla de 300 euros cada mes; y luego otra, y otra... Seguir la bandera de Banderas les conducirá un desastre anunciado si se miran las estadísticas de supervivencia de las nuevas empresas. O cobardes o fracasados, ese es el dilema aquí. La frase de Banderas podría estar bien para la conquista de Oklahoma pero un país moderno debería ser capaz de articular mecanismos para que sus ciudadanos no tuvieran que jugáserla tanto. Por eso cuando me imagino al Capitán América diciendo: “Se hace país con gente que se la juega”, acto seguido pienso en Mortadelo contestándole: “Vente pa España y me lo cuentas, guapo”.

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