La manipulación en la televisión pública está alcanzando niveles alarmantes. No me extraña que los propios trabajadores se estén plantando. He aquí un claro ejemplo: ¿qué puede haber en Helsinki que no quieren que vayamos?...ummmm... ¿Esta no era la mujer del tiempo que tenía una denuncia por conflicto de intereses?... ¿qué tiene?... ¿una tienda de bufandas en la T4 o una fábrica de tirantas naranjas como la que lleva puesta?... ummmm... En la era del piensa mal y acertarás y de las conspiranoias, las casualidades no existen. Por si acaso, si alguno de ustedes va eshá er diita en Helsinki, que eshe ener troli una rebequita...
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