No soy mi propio jefe sino mi propio esclavo. Y no me puedo
poner malito. No puedo cogerme días de asuntos propios porque todos lo son. Y
lo más importante de todo, por todo este cúmulo de parabienes pago mensual y
religiosamente al estado casi 260 € desde 1998. Más de 45000 pavos. Casi 8
millones de las antiguas y, por algunos, añoradas pesetas. ¿Se puede ser más carajote?... La respuesta es
sí, se puede. Porque además de tener que poner dinero algunos meses para poder
seguir siendo esclavo con papeles, se puede tener la estúpida y pretenciosa creencia
de que contándolo en un pamplinoso blog se puede cambiar el sistema. Y en eso
estamos. Inauguro hoy esta sección con el único objetivo de desahogarme
compartiendo mis penas, y mis alegrías, que también las hay, con todos aquellos
autoesclavos, pobredores y emperdedores del reino de España. A los que aún no
lo son pero se lo plantean les animo a dar el paso, pero desde la unión y la
reivindicación. Carajotes del mundo, ¡uníos!...
4 de mayo de 2013
Yo, autónomo
Soy autónomo. Yo mismo me puse la zanahoria que sigo
ilusionada e ilusamente desde hace 15 años. Mi zanahoria es trabajar en lo que
me gusta (aproximadamente). ¡Ah!, ¡y cobrar por ello!... (casi se me olvida, es
lo que tiene la costumbre). Para conseguirlo me convertí en mi propio esclavo a
la tierna edad de 25 años. Ahora tengo 40; estoy en 1º de pureta. Además de
autónomo soy pobredor y emperdedor. Lo que viene siendo carajote, imbécil. También
soy financiador oficial del estado a través del iva , defraudador hasta que
demuestro lo contrario, presa fácil y generador de riqueza pa tol mundo menos
pa mí, etc.
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