1 de mayo de 2013
Emplata y sé feliz
Hoy he visto masterchef. Me lo he tragao entero en ayunas. Qué hambre carajo. Pero no me he podido mover del sofá. El ansia de aprender, las ganas de mejorar mi técnica y el interés por descubrir nuevos ingredientes y recetas me han mantenido inmóvil ante el sansun cerca de dos horas. Los misterios de la cocción, los secretos del punto, los trucos para una buena presentación... todo ello está hoy un poco más a mi alcance. Por eso, en cuanto ha acabado el programa he salido corriendo a la cocina, he abierto el frigorífico y me he emplatao en la lengua dos rodaja de sarshishón al carrefú con una reducción de cardillo de yogú de coco abierto derramado del estante de arriba que pa mi se queda. Todo ello regado con una espectacular cola de marca blanca sin gas sobrante de nochevieja y rematado con el mencionado goyú de coco al estilo cañete. No he manchao ni los cubiertos. Y es que, tal y como la presentadora florero ha dicho al terminar, cocinar debe servir para hacernos felices. Aunque ellos se pasen el programa de mala hostia y llorando. Qué rollaso io.
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Pero ademá de triste es que es la hostiiiiiaaaaa daburrío, con unos presentadores intentando darle intensidá, emosión y alma a una carrera de caracoles pero ya guisáo y en una tarrina der Galisia. No es que esté tó inventao y que despué de Arguiñano nonplusultra, pero pa esta movida, mejón poné a tus niñas a guisá: te lo pasa mejón, te ríe una jartá y a lo mejón, cuando acabe de limpiá, a lo mejón hasta te puede comé argo, anque sea con tu mujé.
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