Andaba pensando qué tipo de pamplina escribir para inaugurar este mes de julio y revisando la carpeta "varios" del portátil me encuentro con esta gran pamplina de categoría 1 que fotografié el otro día. Parece una tontería, una gamberrada de niñatos, pero es mucho más; es la constatación de que aún hay quien es capaz de buscar la risa de forma instintiva y sin saber por qué. Quizás, en ese impulsivo y humano acto esté la clave de la resistencia y la supervivencia de nuestra especie en estos tiempos oscuros. Habrá que preguntarle al dueño... me refiero a preguntarle qué le parece esta estúpida reflexión, no a cuánto alquila los culos, claro.
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