28 de mayo de 2012
Indicadores de la crisis VI: las comuniones
Mayo, mes de las flores y de las comuniones, últimamente llamadas "minibodas" por sus fastuosas celebraciones. Había escuchao que se contrataban orquestas, hinchables, trenecitos, ponys, animadores, estilistas, malabaristas, magos y payasos, pero lo de que pudieran alquilarse invitados... supongo que como la gente no tiene un duro, habrá padres que no tendrán más cojones que contratar amiguitos de pega para que sus criaturitas no se vean solas en un día ta señalado. Chispas. Y seguro que no los dan ni de alta ni les dejan probá las mediasnoches. Puta crisis...
Titulares microeconómicos
Le prestan 19.000 millones y lejos de dar las gracias afirma que no tiene que devolver nada
17 de mayo de 2012
16 de mayo de 2012
7 de mayo de 2012
La Burbuja juguetera
(Texto escrito el 6 de enero de 2012 e inmediatamente traspapelado
entre las cientos de pamplinas archivadas en la carpeta “Pamplinas varias” que
surte a este blog).
Tras años de comprar y regalar sin freno, los precios de los juguetes de moda se dispararon debido a la gigantesca demanda. Los padres, abuelos y familiares de cualquier parentesco abrumaban a los pequeños de la casa con montañas de juguetes que en la mayoría de los casos ni habían pedido ni sabían siquiera que existían. El ritual de ir a recoger la recaudación juguetil a casa de los abuelos, los tíos, los vecinos y los amigos se fue convirtiendo poco a poco en una auténtica tortura para los padres que veían como a medida que aumentaba el volumen de regalos disminuía el espacio habitable de sus pequeños y carísimos pisos de 2 habitaciones. Pero a pesar de la evidente mala educación que esta práctica suponía para los niños y de que muchos de los juguetes acababan deprimidos al ver cómo sus menudos dueños sacaban más partido lúdico a sus cajas de embalaje que a ellos mismos, todos seguían el juego. Nadie era capaz de dejar a sus criaturitas sin el juguete de moda o con un número de regalos inferior a 3 (uno por rey mago) por el temor a que quedaran señalados tras las crueles comparaciones infantiles. Papá Noel y los reyes magos se hicieron compatibles tras siglos de enfrentamiento cultural y ya acudían a todas las casas alternándose en el calendario. Incluso compartían soga o escala para balancearse juntos durante todo diciembre en muchos balcones. Y llegó la navidad de 2011.
Tras el estallido de la burbuja inmobiliaria, en plena crisis financiera, miles de pequeños inversores vieron una oportunidad de multiplicar sus activos comprando el juguete de moda.
Llevados por una especie de fiebre especuladora, la misma que a otros como ellos les hizo invertir sus ahorros en comprar casas que nunca habitarían pero que intentarían vender más caras, comenzaron a comprar juguetes tratando de intuir cuál sería el producto estrella de las siguientes navidades. Algunos dilapidaron sus fortunas apostando al “pocoyó indigente”; otros se arruinaron retirando del mercado miles de palés de “barbis yonquis”. Los que apostaron por el “bob esponja alcohólico” o el “gormiti indignado” no corrieron mejor suerte. Y tampoco acertaron los que invirtieron todos sus ahorros en comprar decenas de “clínicas abortistas de playmobil”. Sólo algunos afortunados dieron en la tecla y apostaron por unas muñecas horrorosas pero inexplicablemente populares; como Belén Esteban o raquel bollo. Las monsters high (mosterjai pa los de cádi).
Pero acertar no era suficiente; luego había que conseguir hacerse físicamente con algún ejemplar. Y no era una tarea fácil: http://www.lavozdigital.es/jerez/v/20111216/ciudadanos/monster-high-peleas-padres-caos-tiendas-20111216.html .
Así, al igual que pasara con los pisos, pasó con los juguetes. Saltamos en un abrir y cerrar de regalos de la burbuja inmobiliaria a la juguetera y el precio y la demanda se desplomaron. De un día para otro, concretamente del 5 al 6 de enero, Draculaura pasó de venderse a más de 60 pavos en internet a casi tener que prostituirse para pagarse el maquillaje y el blister que la envolvía. Y de Espectra ni hablemos. Ella, que había sido la más deseada de la noche de reyes, se ofrecía por 30 euros apenas 24 horas después de la cabalgata. Así lo recogía este anuncio colocado en los alrededores de la Plaza Mendizabal de Cádiz (Vargas Ponce de tó la vida) el mismo día 6 a las siete de la tarde. Sin guardar ni el más mínimo luto ni sentir la más mínima vergüenza. Lamentable. Como la vida misma.
Tras años de comprar y regalar sin freno, los precios de los juguetes de moda se dispararon debido a la gigantesca demanda. Los padres, abuelos y familiares de cualquier parentesco abrumaban a los pequeños de la casa con montañas de juguetes que en la mayoría de los casos ni habían pedido ni sabían siquiera que existían. El ritual de ir a recoger la recaudación juguetil a casa de los abuelos, los tíos, los vecinos y los amigos se fue convirtiendo poco a poco en una auténtica tortura para los padres que veían como a medida que aumentaba el volumen de regalos disminuía el espacio habitable de sus pequeños y carísimos pisos de 2 habitaciones. Pero a pesar de la evidente mala educación que esta práctica suponía para los niños y de que muchos de los juguetes acababan deprimidos al ver cómo sus menudos dueños sacaban más partido lúdico a sus cajas de embalaje que a ellos mismos, todos seguían el juego. Nadie era capaz de dejar a sus criaturitas sin el juguete de moda o con un número de regalos inferior a 3 (uno por rey mago) por el temor a que quedaran señalados tras las crueles comparaciones infantiles. Papá Noel y los reyes magos se hicieron compatibles tras siglos de enfrentamiento cultural y ya acudían a todas las casas alternándose en el calendario. Incluso compartían soga o escala para balancearse juntos durante todo diciembre en muchos balcones. Y llegó la navidad de 2011.
Tras el estallido de la burbuja inmobiliaria, en plena crisis financiera, miles de pequeños inversores vieron una oportunidad de multiplicar sus activos comprando el juguete de moda.
Llevados por una especie de fiebre especuladora, la misma que a otros como ellos les hizo invertir sus ahorros en comprar casas que nunca habitarían pero que intentarían vender más caras, comenzaron a comprar juguetes tratando de intuir cuál sería el producto estrella de las siguientes navidades. Algunos dilapidaron sus fortunas apostando al “pocoyó indigente”; otros se arruinaron retirando del mercado miles de palés de “barbis yonquis”. Los que apostaron por el “bob esponja alcohólico” o el “gormiti indignado” no corrieron mejor suerte. Y tampoco acertaron los que invirtieron todos sus ahorros en comprar decenas de “clínicas abortistas de playmobil”. Sólo algunos afortunados dieron en la tecla y apostaron por unas muñecas horrorosas pero inexplicablemente populares; como Belén Esteban o raquel bollo. Las monsters high (mosterjai pa los de cádi).
Pero acertar no era suficiente; luego había que conseguir hacerse físicamente con algún ejemplar. Y no era una tarea fácil: http://www.lavozdigital.es/jerez/v/20111216/ciudadanos/monster-high-peleas-padres-caos-tiendas-20111216.html .
Así, al igual que pasara con los pisos, pasó con los juguetes. Saltamos en un abrir y cerrar de regalos de la burbuja inmobiliaria a la juguetera y el precio y la demanda se desplomaron. De un día para otro, concretamente del 5 al 6 de enero, Draculaura pasó de venderse a más de 60 pavos en internet a casi tener que prostituirse para pagarse el maquillaje y el blister que la envolvía. Y de Espectra ni hablemos. Ella, que había sido la más deseada de la noche de reyes, se ofrecía por 30 euros apenas 24 horas después de la cabalgata. Así lo recogía este anuncio colocado en los alrededores de la Plaza Mendizabal de Cádiz (Vargas Ponce de tó la vida) el mismo día 6 a las siete de la tarde. Sin guardar ni el más mínimo luto ni sentir la más mínima vergüenza. Lamentable. Como la vida misma.
4 de mayo de 2012
Titulares microeconómicos
Crea un banco malo y se parte la espalda al sentarse tras engañarse a sí mismo
2 de mayo de 2012
¿Cómo hemos llegado a esto?
- ¿Cómo hemos llegado a esto?... ¿cómo, Pocoyó?... se preguntó a sí mismo y en voz alta el pequeño Pocoyó...
- ¿Poco tú?, intervino Pajaroto, -poco yo que salgo en menos capítulos...
- ...quizás hemos vivido por encima de nuestras posibilidades... reflexionó Pocoyó
- ¿cómo?, preguntó Pato, ¿de verdad quieres hacerme creer que vivir sobre un fondo blanco, sin un triste decorado y sin alas ni brazos con los que poder sujetarme el pico es vivir por encima de mis posibilidades?... ¡si hasta he tenido que aprender a girarlo en torno a la cabeza para mendigar el asqueroso sueldo que me pagas!... ¡si soy un dibujo desanimado!...
- ...no es eso... es que nuestro concepto de animación es minimalista... argumentó Pocoyó defendiéndose...
- esa es la clave, añadió Eli, el elefante rosa, que en estos tiempos de mentira hasta a la escasez la habéis convertido en moda. Lo hortera es "kistch", lo rancio, "vintage", lo raro "friki" o "in" si tienes pasta para defenderte... y lo lacio o escaso "minimalista"... no habéis respetado ni a los dibujos animados. Mírame a mí: elefante rosa, mudo, ambiguo y con una ridícula mochila azul a la espalda... ¿no es pa mandarte al mismísimo carajo?... sólo te ha faltao ponerme unas gafas de pasta... ¿Quién va a querer contratarme ahora?...
- ...hombre... replicó Pajaroto, en Bostwana creo que hay una vacante...
- tus muertos, dijo Eli
- los tuyos, respondió Pajaroto
- FIN, guionizó Pocoyó.
http://www.lavozdigital.es/cadiz/20120421/mas-actualidad/sociedad/pocoyo-echa-personas-201204211144.html
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