27 de abril de 2010

Gaditano por el mundo: falsos mitos a desterrar por los gaditanos sobre los viajes y el turismo

Continuando con la presentación de esta nueva sección, enumeramos ahora algunos de los falsos mitos y creencias que los gaditanos deben desterrar en relación con los viajes y el turismo:

1. Coger el 1 para ir al carranza cada dos domingos no es viajar.
2. Ir al Mercadona de Puntales no es ir al extranjero.
3. Hacer un curso de soldador en la zona franca no es ir “de Erasmus”.
4. Hacer el equipaje no es meter en la maleta una muda y la bufanda del Cádi.
5. Una borsa del mercadona no es una maleta.
6. El carrito de la compra de tu madre no es un trolley.
7. Como en la casa de uno se caga en muchos sitios; incluso mejor (por ahí fuera hay vates que tienen hasta agua y tó…).
8. Aunque sólo vayas a comer y dormir, la casa de tu madre no es un hotel.
9. Una habitación con el lavabo en la pared junto a la cama no es una suit (y seguramente el edificio que la alberga no será un hotel).
10. “Pongan sus pertenencias a buen recaudo” no significa “métanse el dinero en los güevos.”
11. Los extranjeros no son sordos ni gilipollas, simplemente no hablan español.
12. El español hablado sílaba a sílaba elevando el volumen no se transforma en inglés, chino o alemán.
13. Los niños ingleses no son más listos que los españoles; si hablan bien inglés es porque son de allí. Cuando vaya a Londres evite la frase: “…yo llevo dando inglés desde sexto y ná, en cambio el hijoputa niño este con 4 años que tendrá, lo bien que lo habla el cabrón...”
14. Embarcar no sólo significa colar una pelota en un tercero; también es subir a un avión.
15. Eurodisni no es París.
16. Cádi no es un bastinaso (o sí, pero no el único).
17. Ir al decathlon del Puerto a comprarse unos teni no es viajar por Europa. Bueno, técnicamente sí; pero este tipo de comentarios denotan cierta ambigüedad malintencionada encaminada a darle coba a un semejante o a quedarse con la gente. Un ejemplo:
El Juanlu va en su clio camino del decathlon del Puerto de Santa María y recibe una llamada del Cabesa.
• Juanlu: ¿sí?
• Cabesa: cogeslo ahí ar tío!!!
• Juanlu: omeeee! Cabesa qué?...
• Cabesa: ¿ondastao metío pisha que te llevo buscando to la tarde?
• Juanlu: …po…viajando por Uropa cojone…
• Cabesa: carajo… ¿pero tú no iba hoy a comprarte unos teni ar décatron?...
• Juanlu: ¿y er décatron ondestá cojone?
• Cabesa: tus muerto…pipipipipipipi…..
• Juanlu: cabesa?....tanfadao?...

16 de abril de 2010

Tortilla de camarón

- ¿Publicidad engañosa?: ¿han usado intencionada e indebidamente el nombre del famoso cantaor para vender tortillitas de camarones?...
- ¿Sinceridad absoluta?: ¿reconocen la práctica habitual de echar un sólo camarón en la sarten y "er quien lo coja pa él" como si fuera el roscón de reyes?... marketing gaditano...

11 de abril de 2010

GADITANO POR EL MUNDO

Viajar debería ser una actividad recetada por los médicos al menos una vez al año (y que “la pasase el seguro”). A más de uno aquí en cádi le hace farta darse cuenta de que existe vida más allá de Puertatierra y de que la frase “lo siento picha no tor mundo puede ser de cádi…” está incompleta; le falta este pedazo: “porque cádi es mu shico”.
No se puede afirmar que “cádi es lo mejón der mundo” si no se ha visto el mundo. Hay que salir y ver para poder comparar. Así apreciaremos lo que verdaderamente es especial o único de nuestra ciudad. Hasta ahí la teoría.
El problema es que los pocos gaditanos que viajamos nos tomamos lo de comparar al pie de letra y eso no ayuda en absoluto. Es como si nuestro cerebro se resistiera a reconocer que está fuera de Cádiz obligándonos a tenerla siempre presente; como si nuestro “instinto gadita” nos impidiera entender el universo sin Cádiz. Hasta nuestros sentidos están en “alerta gadita” cuando viajamos: nuestra vista pendiente de encontrarnos algún conocido aunque estemos andando por la quinta avenida en pleno Manhattan. Nuestros oídos esperando ansiosos un “cogeslo ahí” aunque estemos en mitá de un fiordo en Noruega. Nuestro olfato empeñado en reconocer el olor a tortillitas de camarones aunque estemos en un mercado de insectos de Bangkok. Nuestro tacto preparado para sentir la textura de la piedra ostionera al tocar la pirámide de Keops. Y nuestro gusto…nuestro gusto dispuesto a afirmar que la anaconda frita de Shanghai sabe a cazón en adobo…ummm…se me hace la boca agua…agua de la Caleta, por supuesto.
Dicen que el primer paso para solucionar un problema es reconocerlo. Y yo lo reconozco. Estoy enfermo. Padezco etnocentrismo crónico en su variedad más incurable: cadicentrismo.
Viajo poco y siempre con Cádi presente. Como referencia. Como comparación. Como unidad de medida. Pero en mi defensa he de decir que yo por lo menos salgo de Cádiz de vez en cuando. No soy el peor caso que conozco. Con decir que mis amigos me llamaban el güilifó porque era repartidor y to los días “viajaba” a Loreto, Cortadura e incluso San Fernando… Fue una época dura, todo el día con el equipaje a cuestas y esa sensación de no ser de ningún sitio…
Pero el mote se me quedó: güilifó. Y también el gusanillo por los viajes.
Aún recuerdo la primera vez que viajé. Tenía 18 años y cogí el 1 en la Plaza España para ir a la comisaría a sacarme el deneí. Todos mis familiares y amigos vinieron a despedirme a la parada. Parecía como cuando zarpaba el barco de “vacaciones en el mar”: tol mundo diciendo adiós con la mano y portando pancartas de “vuelve pronto”, “ondevastá tú mejón quen tu casa”, “ademá de verdá”, etc., y yo tirando papelillos y serpentinas por la ventanilla del 1 (cuando se podían abrí, no hase año…) mientras mi madre lloraba a lágrima viva apoyada en el hombro de mi padre que, con la otra mano, me hacía el gesto de que escribiera…
Aún no he cogido el transiberiano, pero si algún día lo hago, dudo mucho que su recorrido me sobrecoja tanto como el que el 1 realizó aquel día de la plaza España a comisaría.
En fin. Inauguramos hoy esta nueva sección llamada GADITANO POR EL MUNDO con la intención de ayudar en su recuperación a todos los afectados por cadicentrismo.
Nuestro objetivo es demostrar que se puede ser de Cádiz y viajar. Aunque la enfermedad nos acompañe, conviviendo con ella y dando consejos para que otros puedan seguir nuestros pasos y tengan, como nosotros, la oportunidad de comparar Cádiz con el mundo.
Y como Don Quijote no sería nadie sin Sancho, ni Batman sin Robin, ni Blas sin Epi, ni Andy sin Lucas… Güilifó no sería nadie sin Rigodón: el mayordomo carajote que me acompañará por todo el mundo. ¡¡¡Buen Viaje!!!...